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Mis nuevos compañeros de piso son dos jugadores profesionales de hockey.
En primer lugar, mi hermano mayor, que es un puto, y en segundo lugar, su mejor amigo, que está muy bueno (y al que odio profundamente).
Era el último recurso.
Nadie debería dormir en un futón que huele a Cheetos y a sudor de bolas.
Pero aquí estoy, intentando rehacer mi vida.
Tristan Stiles es la pesadilla de mi existencia.
Nunca lleva camiseta.
Parece que no podemos dejar de pelearnos.
Es un playboy arrogante con una reputación asquerosa.
Claro que me enamoré de él cuando tenía catorce años, pero eso fue hace mucho tiempo.
Sé que no debo confiar en él.
Sólo necesito sobrevivir lo suficiente para encontrar un nuevo trabajo y una nueva casa.
Y no dejar que Tristan me folle accidentalmente hasta quedar en coma.
No hay nadie más fuera de los límites que la hija de mi mejor amigo.
Peggy Aurora Hammerstein. La princesa no oficial del equipo Toronto Terror. Nunca haría nada que interfiriera en la dinámica de nuestro equipo a estas alturas de la temporada de hockey, pero verla trabajar en la oficina cambió algo en mí.
La veo como es ahora: una mujer poderosa con ambiciones kilométricas.
Cuando la tengo contra mí, encaja perfectamente.
Sus pequeños coqueteos y burlas me sacan de quicio, si no se detiene, mi control podría romperse.
Pero nunca podré cruzar esa línea.
Nunca podré saber lo que podría ser llamarla mía.
Nunca he querido a nadie más que a Aurora y nadie puede saberlo nunca
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