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Un arrollador romance de pueblo sobre el amor, la pérdida y un legado de Montana de la autora superventas de USA Today Devney Perry.
Conocí a West Haven cuando tenía ocho años. Me enseñó a jugar al póquer cuando yo tenía nueve, e hicimos aviones de papel juntos cuando yo tenía once. Me besó cuando yo tenía dieciséis. Era lo mejor de las vacaciones de verano de mi familia en Montana. Fue el chico que me robó el corazón. Tenía veintitrés años cuando la vida nos separó.
Años después, rompo mi promesa y regreso al rancho, no como invitada sino como su nueva dueña. Puede que West quiera que me vaya, pero incluso él tiene que admitir que la única forma de salvar el legado de su familia es con mi ayuda.
No es fácil trabajar codo con codo y enfrentarse a esos viejos recuerdos. Pero esta situación es sólo temporal. Estamos en una encrucijada. Y mientras no me permita volver a enamorarme de West Haven, tal vez esta sea nuestra oportunidad de acabar con esos fantasmas. Quizá esta vez por fin podamos despedirnos.
Un arrollador romance de pueblo sobre el amor, la pérdida y un legado de Montana de la autora superventas de USA Today Devney Perry.
Conocí a West Haven cuando tenía ocho años. Me enseñó a jugar al póquer cuando yo tenía nueve, e hicimos aviones de papel juntos cuando yo tenía once. Me besó cuando yo tenía dieciséis. Era lo mejor de las vacaciones de verano de mi familia en Montana. Fue el chico que me robó el corazón. Tenía veintitrés años cuando la vida nos separó.
Años después, rompo mi promesa y regreso al rancho, no como invitada sino como su nueva dueña. Puede que West quiera que me vaya, pero incluso él tiene que admitir que la única forma de salvar el legado de su familia es con mi ayuda.
No es fácil trabajar codo con codo y enfrentarse a esos viejos recuerdos. Pero esta situación es sólo temporal. Estamos en una encrucijada. Y mientras no me permita volver a enamorarme de West Haven, tal vez esta sea nuestra oportunidad de acabar con esos fantasmas. Quizá esta vez por fin podamos despedirnos.
Mi primer día en Montana, me vi envuelta en un tira y afloja por el carro de la compra de un supermercado. El hombre más guapo que había visto en mi vida puso fin a la refriega antes de pedirme una cita. Estuve a punto de aceptar, pero entonces me dijo su nombre.
Como propietario del rancho Haven River, Jax Haven no era mi jefe. Pero tampoco no era mi jefe.
Obviamente, mi única opción era rechazarlo, salir corriendo y fingir que era un extraño en mi primer día de trabajo. Y, obviamente, nunca podría admitir que él era mi amor secreto.
Por mucho que me esfuerce en mi trabajo, me esfuerzo el doble en fingir que Jax no existe. No me permito pensar en sus ojos deslumbrantes ni en su sonrisa encantadora. Me niego a reconocer lo bien que le quedan unos jeans Wrangler desteñidos. Y por muy tentador que sea con un sombrero vaquero, Jax es una distracción que no me puedo permitir.
Todo iba según lo previsto hasta la fiesta anual. Hasta que bebí demasiadas copas de champán y me dejé llevar por él. Después de una noche en su cama, ya no podía ignorar a Jax Haven. No estando embarazada de él