81- Daddy Gambles Me Away
Cuando la Pequeña Princesa encuentra al Hombre de la Casa apostando de nuevo, se lanza a por él, dispuesta a sacarlo de sus actividades en los callejones. Pero descubre que debe mucho más dinero del que ella podría haber imaginado. Sin embargo, el hombre con el que está en deuda tiene una idea brillante: todo lo que la Pequeña Princesa tiene que hacer es sentarse en su regazo mientras juegan, y él le dará al Hombre de la Casa lo suficiente para seguir adelante y recuperar lo que ha perdido.
Pero lo que ella pronto descubre es que cuando el Hombre de la Casa sube sus apuestas, el jugador se adentra aún más en la exploración de su cuerpo, ¡todo por debajo de la mesa! El asunto no tarda en irse de las manos, ¡y ella no tarda en descubrir lo que hace falta para saldar finalmente toda su deuda!
82- Daddy Takes Me at the Dance
La Pequeña Princesa se ha arreglado para su primer baile dirigido a todos los estudiantes de primer año. Incluso ha invitado a un chico de su clase de Economía del que está enamorada.
Pero cuando él resulta estar más interesado en pasar el rato con sus amigos que con ella, hace falta que el Hombre de la Casa se lance a salvar el día. La invita a salir al balcón para compartir su propio baile. Pero cuando por fin surgen los verdaderos sentimientos, no hay mejor lugar para demostrar su amor que bajo la luna, justo en el lugar que ella pensaba que nunca querría recordar. ¡Ahora se convertirá en el lugar que ella nunca olvidará!
83- Daddy Punishes Eve Over an Apple
la Pequeña Mocosa siempre se mete en líos, y esta vez se supera a sí misma cuando arranca la única pieza de fruta prohibida de todo el jardín. Al comérsela, se da cuenta de todas las travesuras que son capaces de hacer los humanos.
Cuando su nuevo protector, el Hombre de la Casa, lo descubre, está dispuesto a imponerle la disciplina para la que fue diseñado. Pero esa disciplina da un giro salvaje cuando Eva lo engaña para que le dé un mordisco a su manzana. Los dos nuevos alborotadores no tardan en darse cuenta de que sus cuerpos son mucho más que lo que creían posible
84- Daddy Breaks Me In
La Pequeña Princesa siempre va primero al hombre de la casa cuando quiere probar algo nuevo. Cuando finalmente quiere hablar con él sobre sexo por primera vez, sus palabras hacen más que informarle: ¡la excitan! Tanto es así que cuando va con su novio, nada de lo que él hace puede satisfacerla, hasta el punto de que solo escuchar al Hombre de la Casa hablar de ello la excita.
Entonces ella vuelve con él, pero esta vez, necesita ofrecerle algo nuevo. Puede que haya perdido una virginidad, pero tiene otra a la que renunciar, y no hay forma de que se sienta satisfecha con solo hablar de ello. Necesita un entrenamiento lento y cuidadoso para saciarse.
El Hombre de la Casa suele ser el primero en saberlo; ¡ahora él será el primero en romperla!
85- Daddy's Little Angel Gets the Belt
Su angelito siempre obtiene lo que quiere del Hombre de la Casa . Él es fácil de manipular. Y de hecho, ella es tan buena en eso que se ha convertido en una Pequeña Mocosa. Incluso se vuelve tan arrogante que intenta robar un juguete grande especial del sex shop del centro comercial.
La atrapan con las manos en la masa, pero antes de que el dueño de la tienda pueda denunciarla, el Hombre de la Casa se abalanza sobre ella, paga de más por el artículo vergonzoso y la ayuda a evitar antecedentes penales.
Pero su angelito ha ido demasiado lejos, y si ella va a ir tan lejos como para robar en una tienda, entonces él necesita sacarse el cinturón, literalmente. Este es su máximo castigo, una nalgada pura y sin adulterar, y terminará con ella humillada como se merece, ¡como una pequeña zorra!
86- Daddy Gives Me a Workout
La Pequeña Princesa ha empezado a hacer ejercicio, pero no porque quiera fortalecerse: todo lo que quiere es la atención de su guerrero del ejercicio, el Hombre de la Casa. Tras meses de estar con él y observar su feroz determinación, todo llega a un punto crítico cuando sus esfuerzos por seducirlo torpemente fracasan.
Ella quiere abandonar, pero él no se lo permite, ya que se da cuenta de lo que le impide seguir progresando. Se ha dado cuenta de cómo se ha convertido en una mujer, y no está dispuesto a perderla todavía. Afortunadamente, ella ha estado haciendo ejercicio, porque cuando amas a alguien que ha pasado toda su vida marcando la línea entre el hombre y la bestia, se necesita una condición física óptima para resistir su poder brutal.
Pero eso es exactamente para lo que ella ha estado entrenando...
87- Daddy Busts Me in his Dungeon
La Pequeña Mocosa ha tenido por fin la oportunidad de colarse en el sótano prohibido, el lugar que el Hombre de la Casa ha mantenido bajo llave durante mucho tiempo.
Cuando desciende a la pequeña y oscura mazmorra, nada parece tan especial, hasta que descubre un estante de sensuales vestidos. Encuentra uno que le encanta, aunque es muy ajustado y muy revelador. Por desgracia para ella, el Hombre de la Casa la encuentra escondida en el sótano, y hace su jugada para reclamarla para sí.
Ella está a punto de descubrir que el sótano no es una mazmorra figurada, ¡es una mazmorra literal!
Encerrada en un calabozo, está a punto de sentir lo que significa someterse, ¡y todo el placer que ello conlleva!
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