1
Lo he lamido. Es mío.
Encontrarse con un extraño lobo blanco no es algo que ocurra todos los días en la vida de Derek.
Tampoco lo es encontrarse con una mujer desnuda y hermosa sola en el parque. ¿Había sido el lobo un presagio de lo que estaba por venir? Porque desde que conoció a Athena, la vida de Derek cambió por completo.
Perseguida por matones y con un precio sobre su cabeza, Athena no revela por qué es una mujer buscada. Derek la ayuda de todos modos, ya que es un caballero y ella mantiene su curiosidad (y otras cosas) despiertas. Además, él estará condenado si algún médico codicioso va a secuestrar y experimentar con personas inocentes en su propio patio trasero.
Pero él no puedo evitar notar el gran sentido del olfato de Athena, o su tendencia a perseguir conejos, o la forma en que desaparece en las noches de luna llena...
Resulta que su Athena tiene un secreto peludo.
Un aullador y enorme secreto.
Supongo que será mejor que Derek se abastezca de collares antipulgas y croquetas porque
Mi novia es una mujer lobo.
2
Por ella, llevaré una correa.
Ares nunca planeó establecerse, no con su secreto. ¿Cómo puede explicar por qué se vuelve peludo en la luna llena y le gusta marcar su territorio? Pero cambia de opinión cuando conoce a Charlotte y a su hija en un mercado al aire libre.
Es Navidad, y esta madre soltera apenas llega a fin de mes; sin embargo, no se impresiona cuando un apuesto extraño la rastrea para compartir un poco de alegría navideña. Menos mal que este lobo tenaz no se disuade fácilmente. Ares se propone ganar el corazón de la mujer que lo hace querer aullar.
Solo que ella no está interesada en una relación.
Resulta que Charlotte tiene sus propios secretos, y cuando su pasado la acecha y la amenaza, Ares hará lo que sea para mantenerlos a salvo. Pero cuando los copos de nieve se asienten, ¿podrá Charlotte aceptar a un hombre con encanto lobuno?
3
No es la única a la que le gusta mordisquear.
Selene ha pasado toda su vida reprimiendo sus emociones para evitar transformarse en loba en público. Está soltera, pero no por elección. Pocos hombres pueden con una mujer que se transforma en loba con la luna llena, y cada vez que su adrenalina se dispara. Casi ha perdido la esperanza en el amor cuando conoce a Dante.
El insoportable hombre está en el mismo crucero que ella y, por alguna razón, la persigue. Como si ella fuera a salir con un mujeriego. A pesar de sus problemas para controlar su lado licántropo, Selene espera encontrar el amor con un buen tipo, no con un rico playboy italiano con trajes que cuestan más que todo su armario. Sin embargo, Dante es tenaz, y cuando los piratas abordan el barco, demuestra ser más valiente de lo esperado.
Esos canallas escorbutos eligieron la fiesta de San Valentín equivocada para colarse, y a medida que los cadáveres empiezan a acumularse, pronto se hace evidente que la feroz Selene no es la única que se está dando un festín con los malos.
Ojalá que, para cuando termine el crucero, Cupido le conceda lo que tanto anhela: un amante al que no le importe que gruña —y muerda— en la cama.
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