1
En el momento en que vi al nuevo fotógrafo de Rallegra, la revista en la que trabajaba en Londres, supe el tipo de hombre que era: arrogante, impertinente y muy rico. Las chicas de la revista se lo empezaron a comer con la mirada en cuanto su culo de acero cruzó el umbral de las puertas de nuestras oficinas.
Cuando me vi obligada a viajar con él a París para hacer un reportaje, no estaba interesada ni en su sonrisa seductora, ni en su sexy acento norteamericano ni en sus insinuantes palabras. De ninguna manera iba a dejarme seducir por sus encantos.
Hasta que lo hice.
En París.
Hasta que empezó a besarme y yo me pregunté cómo habíamos llegado a eso. Hasta que arrastró sus labios por mi piel y yo solo podía desear más. Hasta que consiguió desnudarme en todos los sentidos.
Es curioso, hay locuras que solo puedes cometer en París…
Pero París no puede durar para siempre…
2
He estado enamorada de Luke Daniels desde…, bueno, desde siempre.
Pasé más de una década dejando que me viera como la mejor amiga de su hermana, observando desde la distancia con la esperanza de que se fijara en mí, me eligiera, me amara.
Me gustan los cuentos de hadas y Luke es mi príncipe azul. Es alto, con hombros tan anchos que bloquean el sol. Es amable, con una sonrisa tan deslumbrante que me hace olvidar todo lo que está mal. Y es el único hombre que puede hacerme reír hasta que me duelan las mejillas y el estómago.
Pero él nunca será mío. Así que he decidido seguir con mi vida y encontrar la siguiente mejor opción.
Hasta que se han juntado un disfraz de Wonder Woman, una botella de tequila y un juego de Verdad o reto: entonces Luke lame la sal de mi muñeca y me dice que soy hermosa. Luego me empieza a quitar la ropa lentamente, mientras roza sus labios con los míos.
¿Y ahora qué? Estoy hecha un lío, no sé si este es el principio de mi «felices para siempre» o el comienzo de una tragedia…
He estado enamorada de Luke Daniels desde…, bueno, desde siempre.
Pasé más de una década dejando que me viera como la mejor amiga de su hermana, observando desde la distancia con la esperanza de que se fijara en mí, me eligiera, me amara.
Me gustan los cuentos de hadas y Luke es mi príncipe azul. Es alto, con hombros tan anchos que bloquean el sol. Es amable, con una sonrisa tan deslumbrante que me hace olvidar todo lo que está mal. Y es el único hombre que puede hacerme reír hasta que me duelan las mejillas y el estómago.
Pero él nunca será mío. Así que he decidido seguir con mi vida y encontrar la siguiente mejor opción.
Hasta que se han juntado un disfraz de Wonder Woman, una botella de tequila y un juego de Verdad o reto: entonces Luke lame la sal de mi muñeca y me dice que soy hermosa. Luego me empieza a quitar la ropa lentamente, mientras roza sus labios con los míos.
¿Y ahora qué? Estoy hecha un lío, no sé si este es el principio de mi «felices para siempre» o el comienzo de una tragedia…
3
Dylan James no tiene ninguna expectativa en cuanto a las relaciones sentimentales. De las mujeres solo busca sexo sin ataduras y ellas se relacionan con él por su dinero y su poder. Es un intercambio justo, y él se siente cómodo así. Decididamente funciona.
Beth Harrison está harta del amor. Está cansada de las mentiras y los juegos que se traen los hombres y ha decidido dedicarse por completo a su pasión, la repostería, que es lo que la protege de que le rompan el corazón. Y más cuando comienza su carrera como repostera televisiva y un nuevo mundo se abre ante ella.
Tanto Dylan como Beth saben que el sexo casual consiste en dar lo que necesitas para conseguir lo que quieres.
Excepto que a veces das más de lo necesario y obtienes todo lo que siempre quisiste.
Dylan James no tiene ninguna expectativa en cuanto a las relaciones sentimentales. De las mujeres solo busca sexo sin ataduras y ellas se relacionan con él por su dinero y su poder. Es un intercambio justo, y él se siente cómodo así. Decididamente funciona.
Beth Harrison está harta del amor. Está cansada de las mentiras y los juegos que se traen los hombres y ha decidido dedicarse por completo a su pasión, la repostería, que es lo que la protege de que le rompan el corazón. Y más cuando comienza su carrera como repostera televisiva y un nuevo mundo se abre ante ella.
Tanto Dylan como Beth saben que el sexo casual consiste en dar lo que necesitas para conseguir lo que quieres.
Excepto que a veces das más de lo necesario y obtienes todo lo que siempre quisiste.
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