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No hay nada más sexy que los hombres con herramientas eléctricas.
El sofocante calor del verano no tiene nada que ver con el equipo de cinco hombres que renueva la casa de al lado. Nadie podría culpar a Kate por asomarse a la ventana para ver mejor el paisaje. La horrible caída que sigue no forma parte de su fantasía, pero el hombre que la salva de salpicar la acera es sin duda la estrella.
Cuando Mike atiende personalmente sus heridas, se da cuenta de que su caballero blanco con casco tiene un lado tierno, lo que no le deja otra opción que rendirse a la lujuria que ha estado ardiendo entre ellos desde el primer día. Tras la mejor noche de su vida, susurra su deseo más secreto: ser destrozada por su tripulación.
Ella nunca esperó que Mike la desafiara a tomar lo que quiere, o que la libertad de hacer realidad sus deseos más decadentes pudiera ser la base de algo duradero...
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