
El trono está en manos de Valroy... pero primero necesita una reina.
Como hijo de Morrigan y heredero del trono noseelie vacante, Valroy anhela desprenderse del manto de príncipe y ocupar su lugar como rey. Para su gran pesar, una antigua tradición se interpone en su camino, exigiéndole que primero tome una esposa. Con todos los miembros de la corte noseelie demostrando ser insufribles, ¿qué puede hacer un príncipe?
Robar a una humana, por supuesto.
Abigail a menudo se pregunta si los habitantes del pueblo no tienen razón al llamarla maldita. Abandonada por su esposo y sin familia a la que llamar suya, todo en su vida pende de un hilo. Nunca imaginó que su caída llegaría por compadecerse de un viejo ermitaño. Secuestrada en el peligroso mundo de Tir n'Aill, Abigail se ve inmersa en un aterrador laberinto que desafía toda lógica. Allí, se encuentra a merced de un príncipe Unseelie con una extraña oferta: resolver su Laberinto y él le concederá su deseo más profundo...
si puede vivir tanto tiempo.
De la autora Kathryn Ann Kingsley llega esta tentadora fantasía oscura de desarrollo lento que demuestra que a veces la línea entre el amor y el odio es muy delgada.
Nota: Esta es una serie de terror de fantasía oscura con una historia de amor. Esta serie contiene escenas de violencia gráfica. Es un romance de desarrollo lento entre el monstruoso villano y el personaje principal a lo largo de cuatro libros. Mis hadas no se andan con rodeos, y mis Unseelie no son amables.
2

Los dioses la trajeron de vuelta. ¿Pero fue para detener a Valroy o para convertirse en su reina?
Valroy no permitirá que nada le impida alcanzar la Corona Noseelie. Nació para la corona, nacido entre sangre y muerte, y está dispuesto a todo para ver tanto Tir n'Aill como la Tierra como su dominio, y para aplastar a los veraces bajo sus botas.
Deseó que Abigail estuviera a su lado como su reina, pero todo salió fatal cuando ella eligió la muerte antes que convertirse en su esposa. Fue un revés, sin duda, pero no uno que no pudiera superar.
Sin embargo, a pesar de haber sido arrancada de la canción de la vida, Abigail regresó a Tir n'Aill, solo para ser perseguida tanto por los veraces como por los noseelie. No sabía por qué había regresado ni con qué propósito, pero estaba claro que tenía dos caminos ante ella: convertirse en enemiga de Valroy o permitir que la convirtiera en su reina encadenada.
3

Cuando el premio es la muerte, algunos juegos es mejor perder que ganar.
Si ella pierde, se convierte en su reina, y él desata la guerra por la Tierra y Tir n'Aill por igual. Si ella gana, él muere. La respuesta parece clara. Pero entonces, ¿por qué no puede desear la victoria?
Cuanto más deambula Abigail por su Laberinto de Sombras, menos segura está de todo: aliados, enemigos, lo incorrecto, lo correcto, el mal, el bien, el odio... y el amor. Con cada giro, su corazón está más atrapado en su trampa.
Ante la disyuntiva de ganar —y matar al Príncipe Sangriento— o perder y convertirse en su reina, Abigail no puede decidir qué es peor. De hecho, empieza a pensar que quizá ya no quiera ganar.
Cueste lo que cueste.
4

Un rey ha muerto y el otro está encadenado.
Tir n'Aill pende de un hilo tras una serie de traiciones que han conmocionado profundamente a las hadas.
Abigail se pregunta quién es amigo y quién enemigo. Cuando se ve obligada a elegir entre la misericordia y el amor, descubre que su elección podría destrozar el mundo.
Las fuerzas se unen para librar una guerra y decidir el destino de Tir n'Aill. Y en medio de todo, Abigail está prácticamente dividida, atrapada entre su deseo de proteger a su nuevo pueblo y su amor por Valroy.
Porque él es ahora el Rey Noseelie. El mundo es suyo para quemarlo.
Y solo ella puede detenerlo.
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