1
Eloise no tenía la vista puesta en un puesto en la Casa Blanca
hasta que el héroe de guerra Pierce McAlister decidió presentarse
a las elecciones. Honesto, valiente y decidido, es el hombre que
los Estados Unidos se merece.
Pero con toda esa responsabilidad
recayendo sobre sus musculosos hombros, ¿quién va a elogiarlo
después de un largo y difícil día dirigiendo el país? Si los sueños
de Eloise se hacen realidad, será ella. Y la suerte quiso que,
cuando por fin se conocieron en el Despacho Oval, ella también
hiciera realidad todas sus fantasías.
Ojalá no fuera su jefe y doce
años mayor que ella. Convencer a un hombre tan decente para
que ceda y le dé el gusto puede ser todo un reto, pero ella le debe
a su amor -y a la democracia- intentarlo con todas sus fuerzas...
2
El comandante Conrad Larsen no está interesado en hacer de niñera de una tímida princesa, pero la reina ha exigido un guardaespaldas cualificado para la chica y, como héroe de guerra condecorado, Conrad está altamente cualificado.
¿Para qué no está cualificado? Para defender su corazón del ángel traumatizado y de voz suave que busca seguridad en sus brazos.
Sus defensas bajan en compañía de tanta dulzura y gracia, pero las princesas no se casan con guardaespaldas, ¿verdad?
Él ya lo verá.
3
El padre Rune McDaniel está decidido a vivir como un hombre fiel y piadoso que solo sirve a la Iglesia, distanciándose de los caminos del mundo. Nunca pensó que se cruzaría en su camino con Farrah, una hermosa ladrona a la que atrapan robando chocolate en el mercado… y con ello le roban sus santas intenciones.
Ahora, ha sido sorprendido por su superior en una posición comprometida con la tentadora chica y su cuello está en juego. Tendrá que pasar una serie de pruebas sensuales, con la participación de Farrah, para demostrar al anciano clérigo que no va a abandonar su fe por la belleza. Y si supera una sola de ellas, será un milagro.
4
July está en su primera cita, la primera de su vida. Que se siente en la mesa equivocada. Con el hombre equivocado. En cuanto se dé cuenta de su error, debería levantarse e irse, ¿no? El problema es que no puede moverse cuando cruza miradas con Theo, un soldado que lucha contra los demonios que lo persiguieron desde un campo de prisioneros de guerra en el extranjero, hasta Chicago. La única persona que parece acallar esos recuerdos hostiles en su mente... es ella. ¿Pero qué le hace ella a su cuerpo? Es lo contrario de silencio.
Y ya no hay cambio de mesa.

La joven estrella de Hollywood, Jenna Fairchild, está encadenada a un árbol.
Sin ropa.
¿Por qué?
Su representante insiste en que abandone su imagen inocente de estrella de comedia y se convierta en un símbolo sexual ante los ojos del público.
Ahora, sin embargo, con las cadenas clavándose en su piel desnuda y una docena de pares de ojos mirándola, está asustada.
Insegura.
Imagínese que el único que se da cuenta y se preocupa por su angustia es Penn, un leñador local gigantesco, que está allí para talar el mismo árbol al que está encadenada.
Este padre soltero con franela es poderoso, brusco, el doble de grande que ella... y catorce años mayor. Pero es la primera persona que la ha hecho sentir protegida.
Segura.
Hambrienta de contacto.
Sin embargo, Penn y Jenna provienen de dos mundos diferentes. ¿Se romperá su vínculo cuando ella regrese a Los Ángeles? ¿O es el suyo el tipo de amor que puede superar cualquier obstáculo?
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