El socio de mi padre haría cualquier cosa por el imperio que construyeron juntos... Incluso casarse conmigo.
Declan Hardy, rompecorazones americano y multimillonario retirado de la NFL, es todo lo contrario a mí.
Manda donde yo coopero.
Espontáneo mientras que yo soy deliberada.
Ruidoso cuando me quedo callada.
Lo único que tenemos en común es que los nombres de ambos figuran en el testamento de mi padre.
Él heredará el imperio del fitness y la hostelería y yo me quedaré con lo único que aprecio.
Siempre y cuando me case con él, con condiciones.
Un año de falso matrimonio.
Un año de convivencia.
Un año fingiendo que pertenezco a su lujoso estilo de vida.
Pero las estipulaciones nunca son tan sencillas.
Especialmente cuando no puedo saber si sus besos son falsos o si estoy fingiendo cuando le devuelvo el beso.
Y a medida que surgen más condiciones, está claro que hay una delgada línea entre el compromiso y la traición... y ninguno de los dos sabe dónde cae esa línea.
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La falsa historia de Dom y Clara…
Fingir una cita con mi enemigo para poder diseñar la pastelería de mis sueños debería ser fácil... siempre y cuando no me enamore de él.
Puede que Dominic Hardy sea un galardonado ingeniero arquitectónico con títulos de lujo y considerables elogios, pero no sabe nada de repostería. Ni siquiera le gusta el azúcar.
Así que cuando el testamento de mi difunto padrastro dice que Dominic Hardy heredará el complejo turístico de la costa del Pacífico que había diseñado con tanto esmero, siempre y cuando mi pastelería se encuentre en medio de él, no es de extrañar que se resista.
Sin embargo, me quedo boquiabierta cuando el testamento exige que aprobemos mutuamente los planos del diseño de mi pastelería.
Su gusto estirado nunca se mezclará con mi ambiente caprichoso.
Pero entonces Dominic me hace una propuesta que no puedo rechazar. Me dará todo lo que quiera en mi pastelería siempre que acepte una cosa.
Fingir salir con él durante cinco meses.
Mantener alejada a su ex fingiendo que estamos enamorados.
Sonreír y mirar fijamente sus penetrantes ojos verdes en una o dos galas.
Tal vez compartir un beso.
Nada extremo.
Cinco meses de actuar enamorada cuando en realidad los detesto a él y a su sucia boca.
Incluso cuando la usa conmigo.
Esto debería ser pan comido.
Excepto que hay una delgada línea entre el amor y el odio, y creo que he cometido el error colosal de difuminarla
Para los fans de SC y Lauren Asher, un romance prohibido de segunda oportunidad sobre una joven que se ve empujada al mundo de un antiguo amante cuando acepta un trabajo en el casino de la familia de él para pagar las deudas médicas de su madre.
Hermano de mi mejor amiga, Dex Hardy siempre ha sido mi perdición: mayor, prohibida y completamente irresistible.
Se suponía que nuestros caminos nunca se cruzarían, pero se enredaron en las noches de verano en las que intercambiamos frentes y te quiero bajo las estrellas.
En secreto.
Él sabía que tenía que ser así.
Sin embargo, traicionó nuestra relación el día que eligió salvarme a mí de aquel accidente de coche en lugar de a ella.
No se lo perdonaré.
La única razón por la que estoy ahora en su casino es porque necesito el dinero. Si puedo llevar seis meses trabajando y viviendo cerca de él en el Black Diamond Resort and Casino, podré pagar las facturas médicas de mi madre y mucho más. No está tan mal.
Hasta que Dex descubra que estoy prometida a un hombre al que no amo y quiera hacer su propio trato conmigo: seis meses de matrimonio con él. O de lo contrario.
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Dimitri Hardy y yo nunca debimos ser amigos.
Él era un inversor arriesgado y exagerado. Yo intentaba evitar el glamuroso estilo de vida en el que mis padres me habían criado.
Él era divertido y relajado. Yo era tensa y dramática.
Él tenía su vida resuelta. Yo no.
Así que tener a Dimitri como testigo de mi ruptura fue un momento bajo. Especialmente porque mi novio también era mi profesor, y después de engañarme, decidió hacerme rehacer mi tesis de maestría.
Pero Dimitri vio una oportunidad. Se ofreció a ayudarme con mi tesis. A cambio, yo lo ayudaría a ganarse la confianza de la lujosa ciudad en la que yo había crecido, una ciudad en la que él acababa de invertir mucho.
Su propuesta:
Volver a casa y fingir una relación con él durante el verano.
Demostrarle a mi ciudad que es digno de confianza.
Adorarnos en público y fingir que no hay deseo en privado.
Parece un plan fácil.
Pero lo que Dimitri no entiende es que unos meses en mi ciudad pueden arruinarte... y un verano negando mi deseo de sus caricias robadas y sus miradas anhelantes podría arruinarme a mí también.
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