Quince años encerrado en el Manicomio Sacred Heights por haber masacrado brutalmente a mis padres, y realmente creen que estoy curado. Jodidamente arreglado. Pero no lo estoy; solo estaba esperando, preparándome para mi turno, listo para desatar el caos que he perfeccionado durante años en un mundo que me hizo así. Pero justo antes de mi liberación, ella entra: Raven. Una nueva terapeuta en prácticas. Pura. Inocente. El polo opuesto exacto del monstruo que acecha dentro de mí. Ella es una luz, y yo soy una sombra hambrienta, lista para tragármela entera.
Sus penetrantes ojos azules y su delicada nariz de gatito con pecas encienden algo oscuro dentro de mí, algo más que solo una obsesión. Es una necesidad. No es suficiente verlo desde lejos; la necesito. Así que la tomo. La arrastro a la pesadilla de mi mente, donde el terror y el deseo se entrelazan.
Ella cree que puede sanarme. Ella cree que puede manipularme. Siempre lo hacen, pero pronto entenderá la verdad: mi verdad. Verá el mundo a través de mis ojos, empapado de sangre y locura. No solo quiero arruinarla; quiero que note la putrefacción que se esconde bajo la superficie, que sienta los bordes afilados de la realidad desgarrar sus ilusiones. La vida es crueldad, envuelta en un maldito paquete bonito, y yo seré quien lo abra por ella. Ella verá mientras hundo mi venganza en la carne de aquellos que me quitaron todo, y para entonces, sabrá que no hay escape. Ni de mí. Ni del infierno que estoy a punto de desatar sobre ellos.
Pero a medida que el tiempo parece pasar, los secretos se desvelan y ambos quedamos atrapados en una siniestra telaraña, hundiéndonos en una oscuridad que es mucho más profunda de lo que jamás imaginé.
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