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Jos.
Era la oferta de mi vida.
Me casaría con el hijo perdido de mi jefe y obtendría la mitad de la propiedad del rancho en el que había estado trabajando durante los últimos diez años.
Era un trato que no podía rechazar, incluso si eso significaba casarme con un completo extraño.
Y luego llegó Miko y me di cuenta de que era la cosa más sexy que había visto en mi vida.
También me di cuenta de que él no tenía idea de que yo era su esposo o incluso de que se iba a casar. Lamentablemente, no me di cuenta de esto hasta después de casarnos.
Ahora no se podía cambiar.
El matrimonio estaba escrito en piedra.
Solo tenía que averiguar qué hacer con un marido que deseaba desesperadamente, pero que no podía tener.
Miko.
A los pocos minutos de la muerte de mi abuelo, me llevaron a otro país, un lugar del que solo había leído en los libros, y a un padre cuya existencia desconocía.
Después de descubrir que me habían casado con un apuesto desconocido con sombrero de vaquero sin que yo lo supiera, supe que, una vez más, las decisiones que tomaba en mi vida las estaban tomando por mí.
Por un breve momento, tuve la esperanza de que las cosas fueran diferentes aquí, pero pronto me encontré viviendo con las decisiones de otra persona, incluida la decisión de Jos de no tomar en serio nuestro matrimonio.
Si bien sentí que Jos tenía buenas intenciones, su rechazo todavía me dolía, especialmente cuando él era el único hombre con el que quería estar.
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