Elena
Cuando mi tazón de los caramelos para Halloween, es robado por una adolescente traviesa, cruzo la calle para confrontar al padre de la chica. Como el tazón es un recuerdo familiar, espero que se disculpe y obligue a su hija a devolvérmelo. Y todo por la paz.
El guapísimo padre soltero, al que he disfrutado viendo cortar el césped sin camiseta más veces de las que me gustaría admitir, no sólo niega todo el asunto y se pone de parte de su hija, sino que es extremadamente grosero conmigo.
Debería dejarlo pasar y cortar por lo sano. Pero hay algo en su actitud santurrona que toca una fibra sensible en mí. Así que le robo algo para vengarme.
Y acabo empezando una guerra.
Grant
Soy demasiado mayor para gastarle bromas a mi vecina. Pero cuando veo la sonrisa que dibuja en el rostro de mi hija, hago lo que sea para evitar que vuelva a cerrar de golpe la puerta de su habitación y a gritar que no la entiendo.
Ser padre soltero es difícil, y ser padre de una adolescente hormonal es algo totalmente distinto. Siempre hemos estado los dos solos, pero empiezo a darme cuenta de que quizá no sea suficiente para ayudarla cuando se convierta en una jovencita.
Por eso hago una tregua con la guapa rubia de enfrente y le permito que sea la tutora de mi hija. No estoy preparado para el vínculo que crean, y definitivamente no estoy preparado para la forma en que mi cuerpo reacciona cuando ella está cerca.
De algún modo, mi enemiga se ha convertido en mucho más...
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