Skye
Creía que lo tenía todo bajo control. Mi trabajo era bien remunerado, los viajes de empresa eran lujosos y ¿el poco dinero extra que sacaba aparte? Bueno, pensé que nadie se daría cuenta. Hasta que Corey lo hizo.
Corey, mi jefe, el hombre que siempre mandaba en cada habitación en la que entraba, que me producía escalofríos con sólo mirarme, me pilló con las manos en la masa. Estaba segura de que mi mundo estaba a punto de derrumbarse, de que lo perdería todo. Pero en lugar de llamar a las autoridades o despedirme, Corey tenía otra cosa en mente.
Ahora, estoy atrapada en su juego. Conoce mi secreto y lo utiliza para doblegarme a su voluntad. Pero no es sólo la amenaza de la exposición lo que me ha deshecho, es él. La forma en que me mira, me toca, me ordena. Nunca he querido ser controlada por nadie... hasta ahora.
Debería estar luchando, pero en lugar de eso, me pierdo en esta danza retorcida y embriagadora. Su poder, su dominio, encienden algo muy dentro de mí. Y cuanto más intento resistirme, más me doy cuenta de que quizá no quiera hacerlo.
Pero, ¿hasta dónde puedo llegar antes de perderme por completo? ¿Antes de rendirme a Corey y dejar que reclame no sólo mi cuerpo, sino también mi corazón?
Corey
En cuanto pillé a Skye desfalcando a la empresa, debería haberme puesto furioso. Debería haberla echado y haber llamado a la policía. Pero Skye no es una empleada cualquiera: siempre ha habido algo en ella que se me ha metido bajo la piel. Y cuando vi lo que había estado haciendo, se me ocurrió una idea.
Pensó que podía ser más lista que yo, pero ahora es mía para controlarla. Voy a hacerla pagar, pero no de la manera que ella espera. Aún no se da cuenta de lo mucho que disfruto con este juego. Skye puede pensar que se resiste, pero puedo ver cómo reacciona su cuerpo, cómo se le acelera el pulso cuando estoy cerca. Está atrapada en mi red, y apenas está empezando a entender las reglas.
Podría arruinar su carrera, revelar su secreto. Pero ¿por qué hacer eso cuando puedo doblegarla a mi voluntad, quebrando lentamente su resistencia y haciendo que anhele lo que le ofrezco? Ella cree que sólo está intentando sobrevivir a esto, pero no sabe que ya estoy dentro de su cabeza, haciendo que anhele más.
La dinámica de poder entre nosotros está cambiando. Ella ya no es sólo un medio para un fin. Es una tentación, y cuanto más la tengo bajo mi control, más quiero ver hasta dónde puedo presionarla para ver si realmente se somete a mí. Pero hay un peligro en este juego. Cuanto más me acerco, más difícil es mantener la profesionalidad.
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