Pues este es el trato: soy un desastre mágico. Una bruja de una familia de brujas, y la única cuya magia le explota en la cara. Es por eso que se me ocurrieron mis reglas...
1. Nunca te involucres con la magia
2. Si es necesario, no participes en una competencia para ganar la fortuna mágica más grande de Inglaterra
3. Y definitivamente no te enamores de Callan Hawthorne, el sexy Mago multimillonario a quien has odiado durante años.
Así que, ¿cómo diablos termino en una situación que promete romper todas esas reglas? Es la única forma de salvar Seaside Spells, la tienda de pociones mágicas de mi familia. Pero es genial. Cuando regrese a Charming Cove, un pueblo de pubs antiguos y familiares malhablados, ignoraré por completo al Hombre más sexy del año de Witch Weekly. Ganaré la competencia y, si tengo suerte, no me convertiré en un sapo en el proceso. Esto estará bien. Todo estará bien. Correcto.
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Fingir que estoy saliendo con un duque vampiro debería ser fácil, ¿verdad?
Tengo una oportunidad de demostrarle a mi aquelarre que valgo mi varita. Pero para hacerlo, tendré que hacer un trato con un duque vampiro. Podré usar su hermosa propiedad en Cornualles para ser la anfitriona del baile de Beltane y, a cambio, fingiré ser su novia. Pero todo es un espectáculo para su abuela.
Las reglas de nuestra falsa relación son simples:
Nada de coqueteo. Nada de emociones. Nada de sexo. Fácil, ¿verdad?
Excepto que no puedo ignorar el atractivo del exasperante y devastadoramente sexy vampiro. Sin embargo, enamorarme de un duque no es una opción. Perdería el anonimato que me protege a mí y a mi aquelarre, y eso arruinaría mi vida y las vidas de las otras brujas de mi aquelarre.
Así que sí, totalmente fácil.
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