1
Cicatrizada. Varada. Ah... y en celo.
Elli.
Pensé que las cosas eran difíciles cuando mi seguro se negó a pagar mi cirugía de reconstrucción mamaria. Pero aquí estoy, estrellando mis partes femeninas clasificadas omega en un planeta que me hace hacer cosas tontas, como follar en seco al oficial de policía grande, escamoso y gruñón que me saca del accidente. Hasta que la próxima nave parta hacia la Tierra, tengo que abrazar a mi omega interior. El problema es que apenas me siento mujer.
Rhen.
Que una hembra Terran acalorada se escape de mí durante su rescate no es mi forma favorita de terminar mi turno de noche. Mi gruñido lo mejora un poco, porque ahora ella se frota contra mí mientras la llevo corriendo a la sala de emergencias. Cuando me pide que la ayude a superar el celo que se acerca, dudo. ¿Cómo se supone que voy a aliviar los temores de Elli cuando una lesión me quitó la capacidad de ronronear?
2
Soy una emprendedora omega. La mancha es asunto mío.
Lucy.
Como omega, tengo ciertos talentos, como sacar dinero de mis partes femeninas. Vender bragas empapadas es mi camino hacia la libertad, la seguridad y la independencia. Hasta que un nivel alto de testosterona alfa noquea más o menos accidentalmente a mis guardaespaldas. Dice que le debo dinero, pero, a mi modo de ver, me debe un par de buenos gruñidos. Después de todo, tengo cuotas que cumplir. ¿Y si puedo conseguir que este enorme luchador en jaula trabaje conmigo? Conseguiré el dinero para un nuevo nido en poco tiempo.
Tjor.
Me gano la vida en los campos de batalla de Taril, donde la criminalidad es alta, pero la testosterona también. Las omegas no vienen a esta parte de la ciudad. Excepto por la loca que sigue siguiéndome, balbuceando algo sobre una propuesta de negocio en la que debería huir de mí. Los alfas que quieren un pedazo de ella son agresivos, descontrolados y peligrosos. Y yo soy el peor de todos.
3
Los libros para bebés nunca mencionan los antojos nudosos.
Heather.
“Qué esperar cuando la omega está esperando” me advirtió sobre muchas cosas cuando se trata de un embarazo sin un alfa cerca. Nunca menciono que desarrollaría sentimientos románticos por mi puño cerrado. Necesito un nudo. O un gruñido. Demonios, me vendría bien un ronroneo. Así que llamo a la línea de socorro omega, quitándole descaradamente al operador alfa lo que necesito. Hay algo de jadeo involucrado. Quizás un pequeño grito. Antes de darme cuenta, el operador golpea mi puerta para un control de bienestar. Ups.
Davin.
Como kinash trabajando en la línea de socorro, ronroneé por muchas omegas. Nunca antes me había desquitado una accidentalmente, solo para que ella gritara y colgara. Preocupado, corro a su guarida para asegurarme de que está bien. Ella no lo está. Porque tiene un caso grave: anda como pato con medias de compresión. Quiere que sea su “padre sustituto”, lo que me ofrece la mitad del trabajo con el salario completo. Lo único que tengo que hacer es quedarme hasta que llegue el jovencito y no hacer nada estúpido. Como enamorarme de una familia
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