Mattie Sharpe nunca llega tarde, pero perderse en una serpenteante carretera de la isla que terminaba en las montañas la retrasó dos horas. Los nervios ya crispados por el retraso no la prepararon para lo que encontró en su destino: Paul Cormier desangrándose poco a poco hasta morir en el suelo de mármol blanco de su inmaculada mansión. De haber llegado a tiempo, Mattie habría corrido la misma suerte.
Ahora está huyendo con el único hombre que puede mantenerla a salvo, Hugh Abbot. El problema es que es el mismo hombre que la abandonó hace varios meses, el hombre al que juró no volver a ver.
Hugh es un hombre que entiende de prioridades. Sacar a Mattie sana y salva de la isla es lo primero de su lista. Tiene muchos desafíos: puede lidiar con un aeropuerto cerrado, un avión en llamas y una jungla. Pero convencer a Mattie de que puede confiar en él es el mayor desafío de todos
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