Sombras de New Orleans

 

1
Traicionada.
Derrotada.
Encadenada.
Solía ser una hermana, una amiga, una gobernante de las tierras élficas que pertenecían a la Casa de mi familia. Ahora, soy una prisionera de los Faes, el enemigo jurado de mi especie desde el principio de los tiempos. Ponen cadenas a mi alrededor, pensando que pueden evitar que me libere y les quite la vida. No pueden.
La única razón por la que me quedo es porque ya no necesito una vida. Me quitaron mi hogar, mi familia, mi dignidad.
Pero tengo al Fae. Mi captor
Él es exactamente el hombre que me enseñaron a odiar, mucho antes de que supiera cómo amar algo. Para el mundo, él es el despiadado Príncipe de Invierno que nunca ha perdido una batalla contra los elfos en su vida. Para mí, su dolor susurra otras verdades.
Es un prisionero en su castillo tanto como yo.
Lo enviaron aquí para matar su alma.
Me enviaron aquí para matar mi cuerpo.
Lo que no vieron venir fue que nos encontraríamos. Y que sobreviviríamos.

2
Cuando dejé mi mundo atrás, pensé que sabía qué esperar. Iba a esperar mi tiempo y encontrar mi fuerza para regresar a mi hogar y reclamar mi Casa de vuelta.
Pero la Tierra está lejos del lugar seguro que pensé que sería.
La guerra tiene una cara diferente aquí, pero todavía sigue cada uno de mis pasos. Los nigromantes Primes me persiguen, y la única forma en que puedo sobrevivir a ellos es trabajar con los terranos que ocultan sus secretos incluso mejor que yo.
Los nigromantes no están solos. Las personas que no deberían existir en absoluto se esconden a plena vista. Están decididos a cruzar el Portal a Gaena y tomar lo que dicen que es legítimamente suyo. Lo único que se interpone en su camino somos yo y mis nuevos e inusuales amigos.
Y Mace.
El príncipe de invierno que dejé atrás en Gaena, segura de que nunca lo volvería a ver mientras viviera. Pero él está aquí, y recuerda, y no se detendrá ante nada para vengarse de lo que cree que le hice.
Con Hiss a mi lado y la Sombra de Nueva Orleans viva debajo de mí, haré lo que sea necesario para mantener a Mace a salvo y evitar que estos extraños se apoderen de mi mundo. Incluso si tengo que pagarlo con mi vida.

3
El tiempo se está acabando.
Cuando los viejos enemigos de mi pueblo regresen para reclamar nuestro mundo, tengo dos opciones: retroceder y dejar que suceda, o luchar por aquellos que me han expulsado.
Toda mi vida había querido poner fin a la guerra, para finalmente vivir en paz. Pero estoy aprendiendo que la paz tiene un precio, y ese precio es más guerra. Esta vez, estoy dispuesta a pagarlo, pero no puedo hacerlo sola.
Encontrar aliados en la Tierra parece imposible, hasta que encuentro a las personas adecuadas que están dispuestas a luchar a mi lado, incluso si hay pocas esperanzas de que tengamos éxito. Con ellos, creo que puedo evitar que los Sidhe regresen a Gaena y causen estragos en mi gente, si planifico con cuidado.
Pero el destino tiene otros planes para mí. Un vistazo al futuro, y no me queda más remedio que llevarlos yo misma allí.
Ahora, comienza la verdadera batalla.

4
No importa lo que hagas, o lo rápido que corras, nunca podrás escapar del destino. El mío es derramar sangre en la batalla. Solo que esta vez, no sentiré ningún remordimiento.
Los Sidhe están aquí, en Gaena. Unidos podemos detenerlos, pero para hacer eso, los elfos y Faes tendrían que trabajar juntos. Para mi pueblo, la muerte parece un destino mucho mejor.
Depende de mí convencerlos de que nuestra naturaleza no les importa a los Sidhe. Nos aniquilarán a todos, independientemente de cómo nos veamos. Pero convencer a los elfos y Faes para que confíen el uno en el otro es más difícil que derrotar a un ejército por mí mismo. La Sombra, mi magia y mis amigos están a mi lado, pero incluso eso podría no ser suficiente.
No importa si estamos unidos o no, la única forma en que cualquiera de nosotros sobrevivirá y mantendrá nuestro hogar es luchar hasta la muerte.
Que los dioses estén con todos nosotros.