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Un hombre baila del mismo modo que folla. Su resistencia, su ritmo, la lenta rutina de sus caderas. Algunas personas nacen con esto, otros aprenden a través de años de cuidadoso estudio.
¿Y los bailarines? Nosotros lo hacemos mejor que todo.
En el momento en que la vi, lo supe. Su inocencia es intoxicante. Mi deseo es feroz. Primitivo. Observarla bailar es conocer el tormento de la verdadera tentación.
Ella será mía.
Bailar con la pareja perfecta es como el clímax más exquisito de tu vida.
¿Puedes sentirlo?
La forma en que nuestros cuerpos se balancean juntos.
Mis manos inmovilizándote, mi boca deslizándose sobre tu piel caliente y húmeda.
Cada empuje duro conduce profundamente a ese lugar que nunca soñaste posible.
Cada grito sin aliento te precipita más cerca del borde.
Más allá de las palabras.
Más allá del pensamiento.
Más allá de la razón.
Libre.
Casi había renunciado a la perfección así.
Hasta que la conocí.
Annalise.
Su cuerpo es puro movimiento; su espíritu, un pájaro enjaulado que espera ser liberado.
La reclamaré.
La poseeré.
Le enseñaré el baile más erótico de todos.
Me enseñó un baile más allá de la pasión.
Me mostró el placer que mi cuerpo estaba hecho para crear.
Ahora tengo que elegir: ¿Raphael o mi futuro?
¿Mi pasión o mi único amor verdadero?
Ya no hay forma de esconderse de la verdad.
Todo cambia esta noche
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