Algo anda mal con Ashburn House...
El antiguo edificio ha sido objeto de rumores durante casi un siglo. Su propietaria, Edith, se negaba a dejar entrar a los invitados y rara vez visitaba el pueblo cercano. Tras la muerte de Edith, su única pariente sobreviviente, Adrienne, hereda la propiedad. Las únicas posesiones de Adrienne son una maleta con equipaje, veinte dólares y su gato. Ashburn House es un salvavidas que no puede permitirse rechazar. Adrienne no cree en fantasmas, pero es difícil ignorar la inquietud que crece a medida que explora su nuevo hogar. Se han grabado mensajes extraños en el papel tapiz, una antigua tumba está escondida en el bosque detrás de la casa y los retratos espeluznantes en el pasillo de arriba parecen observar cada movimiento de ella. A medida que descubre más secretos de la casa, Adrienne comienza a creer que los rumores susurrados sobre Ashburn pueden contener más verdad de lo que jamás sospechó
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