Lo amé antes de saber que significaba esa palabra. Desde las rodillas heridas hasta las primeras citas. Pero nunca fue mío para amarlo. Me conforme con su amistad, aunque quisiera más.
Pero eso fue antes.
Antes de que destrozara mi mundo y no se molestara en quedarse para ayudarme a recoger los pedazos. Reparé hasta el último fragmento por mi cuenta.
Y he olvidado su nombre.
Ahora, ha vuelto, y todo está destrozado una vez más. Pero no es el único que está desgarrado esta vez.
Y puede que no haya manera de detener a la persona que tiene algo en contra de nosotros.
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