1
En el despiadado juego de la corte, los amos manipulan a los peones, y nunca se sabe cuál es uno de ellos. Una cosa es segura: no hay lugar para el amor.
Kat, una noble arruinada, está a punto de perderlo todo cuando le ofrecen un trabajo bien remunerado que podría ser su salvación… o su ruina. Inmersa en las mortales intrigas de la corte, recibe una sola tarea: espiar al poderoso señor feérico conocido como la Sombra de la Reina de la Noche.
Bastian Marwood es guapo, despiadado y astuto, pero Kat no sabe si representa una amenaza para su reino o solo para su corazón. Para descubrir la verdad, debe jugar un peligroso juego de deseo y engaño, presionándolo para que revele sus secretos mientras protege los suyos. Pero las sombras de Bastian la atrapan, y no está segura de querer escapar de ellas.
Kat pronto descubre que en la corte, nada es lo que parece e incluso los planes mejor trazados pueden desmoronarse en un instante. Como simple peón en el tablero, no puede permitirse el lujo de enamorarse; solo puede luchar por sobrevivir.
2
En Elfhame, los tratos son moneda de cambio, las mentiras son armas y el corazón es la mayor debilidad.
Aturdida por las revelaciones de Bastian, Kat despierta de su grave enfermedad deseando con todas sus fuerzas romper todo vínculo con el hombre que la traicionó. Pero el destino tiene otros planes: está atrapada en Elfhame, el reino feérico donde nada es lo que parece. Y peor aún, está atrapada con él, dependiendo de su tacto para evitar un veneno que amenaza su vida.
Inmersos en el corazón de las Cortes del Crepúsculo y del Amanecer, deben mantener el equilibrio entre ambas para preservar una frágil paz. Pero en un mundo donde las alianzas se forjan y se rompen en un instante, el peligro acecha. Un grupo misterioso se infiltra en la ciudad y los espías susurran sobre un antiguo artefacto con el poder suficiente para destruir una corte entera.
Mientras los enemigos se acercan por todos lados y los ataques a la ciudad se intensifican, Kat y Bastian deben desenterrar secretos mortales y lidiar con sus propios sentimientos complejos para sobrevivir, o arriesgarse a una guerra que aniquile a la propia especie feérica.
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