
Yo era piedra. Maldito. Enjaulado.
Entonces ella entró en mi tumba y me despertó con su sangre.
Liora es humana, demasiado débil para este mundo, demasiado tentadora para una bestia como yo. Debí haberle roto el cuello.
En cambio, la arrastré hasta mi trono.
Ahora es mía. Por magia ancestral. Por sangre. Por derecho.
Ella no recuerda el pasado, pero yo sí. Me traicionó una vez. Me selló en la oscuridad. Y juré que jamás la perdonaría.
¿Pero la forma en que gime mi nombre?
La arruinaré primero.
Antes de la guerra. Antes del ajuste de cuentas.
Se arrodillará ante su rey olvidado.
O la obligaré.
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