La llevó consigo para derrocar el reino de su padre… pero ahora jamás la dejará ir.
Fiona MacLeod creció rodeada de lujos, protegida de la sangre y la traición que su padre dejó a su paso. Pero Lachlan Drummond ha esperado años este momento: la oportunidad de destruir al hombre que arruinó su vida.
Y para ello, se llevará a Fiona.
Fiona debería estar aterrorizada. Es la hija del hombre que arruinó a Lachlan. Debería ser una pieza más en su sed de venganza. Pero cuando Lachlan finalmente la tiene entre sus manos, no espera que sea tan… dulce. Tan inocente. Tan ajena a la oscuridad del mundo que ha heredado.
Ahora está atrapada en sus brutales garras, encerrada en su fortaleza de piedra, rodeada únicamente por la naturaleza salvaje de su reino y la bestia misma.
Fiona cree que puede domarlo. Cree que puede resistir la atracción que sienten el uno por el otro.
Pero Lachlan no solo la reclama. La marca como suya. La toma en todos los sentidos y la convierte en su reina. Su obsesión la consume por completo, y cuanto más lucha, más se arraiga en su interior.
El mundo de Lachlan es despiadado. Su amor es posesivo. Y una vez que la toma, no hay vuelta atrás.
La protegerá. La reclamará como suya. Y se asegurará de que lleve en su vientre a su hijo antes de dejarla sola.
Porque cuando un rey decide que una mujer le pertenece… jamás podrá escapar de él.
Esta es una novela romántica oscura, apasionada y de proximidad forzada, con un rey posesivo, una cautiva inocente y tanta pasión que te hará sudar la gota gorda. Sin infidelidades ni finales en suspenso: solo un guerrero despiadado y la novia a la que jamás abandonará.
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