Que me obligaran a casarme con una secta de enfermos ni siquiera fue lo más raro de mi día...
Creía que mi prometido era un buen tipo. No el mejor en la cama, pero un material de esposo decente.
Lástima que tuviera que pillarlo en una situación comprometedora, con su madre, para darme cuenta de lo equivocada que estaba.
Cuando me dijeron que me matarían si huía, me lo creí. Sin embargo, no les creí cuando dijeron que el árbol de Fresno, un ser mágico del bosque me devoraría vivo.
Otra vez me equivoqué.
Por suerte para mí, Ash no me mató. Resulta que le gustan mis historias. Y mi... eh, savia. Así que estoy segura de que podré convencerlo de que me deje ir una vez que esté debidamente... saciado.
Nunca pensé que el árbol asesino que me tiene cautiva resultaría ser un hombre (y un amante) mejor que el idiota con el que me casé.
Pero lo es.
Y ahora empiezo a preguntarme si una chica con raíces en la ciudad y un árbol con raíces en el bosque (literalmente) podrán encontrar su final feliz juntos...

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