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Esto no es un cuento de hadas: es el anhelo y la culpa de dos corazones agobiados que dejarán a los lectores sin aliento.
Alira, una devota caballero semidiós, se ha visto atrapada en las garras de una brutal maldición. Un bucle temporal en el que el Caballero de Sangre del reino demoníaco la mata cada vez. Está atormentada por el ataque que dirigió contra la inocente aldea de Thornhall, y la culpa la consume por dentro. Después del vigésimo bucle temporal, finalmente ha tenido suficiente. Algo tiene que cambiar, o morirá a manos del Caballero de Sangre para siempre. Una elección de la que espera no arrepentirse: una para poner fin a la guerra entre semidioses y demonios. Alira se sorprende al darse cuenta de que se casará con el mismo caballero que la ha asesinado tantas veces.
Una hija de Venus y un duque de demonios. Su amor está maldito y destinado a la vez: un matrimonio para salvar la fragilidad de sus reinos.
Kalel es tan cruel como viene. Un devorador que sobrevive gracias a la sangre dorada de semidioses. Desea odiarla tanto como la odió cuando Thornhall cayó, pero se encuentra en una lucha con su corazón por sus sentimientos hacia ella. Juntos, desentrañan las verdades de Faultore: que quizás no todo es lo que parece. Los dioses podrían estar moviendo más hilos de los que deberían.
No se trata de lo que el amor puede conquistar; se trata de lo que están dispuestos a demoler en su camino.
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