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Un horror psicológico oscuro y tabú donde los fantasmas no siempre están muertos... y no todos los pecados permanecen ocultos.
Cuando Gloomsbury Manor llama, los muertos siempre responden.
Dorian regresó para desaparecer, para enterrar su pasado en las paredes de una casa que recuerda demasiado. Lo que no esperaba era a ella, su hermanastra, Lenore.
Ahora ha crecido. Salvaje, hermosa, igual de rota y demasiado cerca.
Lo que sienten el uno por el otro está mal, pero el amor no se preocupa por las reglas.
Gloomsbury observa. Se alimenta. Susurra las verdades que no quieres escuchar y te hace vivir con ellas.
Esta no es una historia de sanación.
Esta es una historia que te hace sangrar.
Una historia que sostiene un espejo y te reta a mirar.
Esto es lo que sucede cuando el amor cava su propia tumba... y se niega a permanecer enterrado.
El amor nunca muere. Atormenta. Se convierte en el fantasma que se queda atrás.
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