viernes, 7 de noviembre de 2025

The Vrix




1
Desde el momento en que la vio por primera vez, supo que sus corazones estaban entrelazados.
Rekosh tenía poco interés en tener pareja, al menos hasta que conoció a Ahmya. Pequeña, delicada y humana, era tan diferente a los de su especie. Era como una flor vibrante que florecía entre enredaderas asfixiantes. Y él reconocía en ella una determinación profunda e indomable, una curiosidad inspiradora y una pasión ardiente. Despierta en él feroces instintos protectores y despierta un anhelo como nunca antes había experimentado. Lo único que deseaba era declararle sus sentimientos.
Sin embargo, con cada respiración surge un nuevo obstáculo, un nuevo peligro, que amenaza con alejar a Ahmya de él para siempre. Mientras se ven obligados a luchar por la supervivencia en una jungla hostil, parece que los propios dioses están decididos a mantenerlos separados.
Entonces Rekosh tejerá su propio destino.




Ahmya es la compañera de su corazón, y lo será, sin importar lo que haga para ganarse su afecto. La reclamará, la protegerá, la amará y entrelazará sus almas tan profundamente que jamás se separarán




2
Ella es el amanecer tras una larga y oscura noche, y él la hará suya.

Urkot siempre se había sentido poco atractivo, indeseable. Indeseado. Marcado por la guerra y carente de la gracia y la velocidad de otros vrix machos, se había resignado hacía mucho tiempo a una vida sin pareja y creía estar conforme con ese destino.

Todo cambió cuando conoció a Callie. Hermosa, apasionada, feroz, inteligente Callie. Tan pequeña, tan delicada. Tan humana. Cuando ella lo mira, se siente digno. Completo.

Ella lo cautiva, y su anhelo por ella ha hecho que la piedra que rodea su corazón se resquebraje y se desmorone. Sin embargo, no se atreve a tener esperanzas. ¿Qué puede ofrecerle? No es cazador, ni tejedor, ni líder. Es un simple explorador.

En silencio, es deseado, anhelado, deseado.

Pero a medida que ese silencio se vuelve insoportable, y esa necesidad lo abruma, el mundo de Urkot, de fría piedra y oscuridad opresiva, lo engulle a él y a Callie. Para sobrevivir, él debe ser su roca, su escudo, y ella su luz guía en la oscuridad. Ella debe ser su fuerza.

Con criaturas voraces al acecho en cada esquina y el deseo de Urkot por Callie ardiendo más que el sol, solo sabe una cosa: cada instante con ella es precioso.

Y no desperdiciará ni uno más


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