UN MOMENTO.
DOS MÁSCARAS.
TRES PERSECUCIONES EN LA NOCHE.
Se supone que son enemigos.
Solo hace falta una noche con un hombre enmascarado para cambiar todo eso.
Anhelan el siguiente toque de la persona que más odian. Desesperados por el siguiente sabor de la persona que no pueden soportar. Esperando ese mensaje de texto anónimo que acelere sus latidos. La emoción de la persecución con la fruta prohibida es suficiente para difuminar las líneas y el mundo que los rodea.
¿El primer problema? Ambos tienen novias.
¿El peor problema? Son hermanastros.

No hay comentarios:
Publicar un comentario