1

Yo era la posesión más preciada de mi padre, protegida y obediente.
Pero cuando me prometió a Viktor Sokolov —quince años mayor que yo y tan temido como respetado—, mi vida se convirtió en una apuesta arriesgada.
Viktor era despiadado, un ejecutor frío con un pasado empapado de sangre y traición.
Sus ojos ardían con un tormento no expresado, y su tacto era a la vez una promesa de dolor y placer.
Me vi obligada a un matrimonio que me ataba no solo a un hombre, sino a un mundo donde la confianza escaseaba y donde sobrevivir implicaba jugar con reglas brutales.
Él dijo que yo era suya, que no había escapatoria.
Luché contra él a cada paso, pero la pasión entre nosotros era innegable.
Y cuando descubrí que llevaba en mi vientre a su hijo, la apuesta se volvió mortal.
A medida que salían a la luz secretos del pasado de Viktor, también lo hacían los enemigos que amenazaban con separarnos.
Él me proclamaría su reina, pero solo si lograba conquistar la oscuridad que lo dominaba.
¿Nos destruirían sus demonios a ambos, o encontraría la manera de domar a la bestia antes de que fuera demasiado tarde?
La Bratva no perdona, y nunca olvida. En este mundo, solo los fuertes sobreviven: reclamados, probados y atados a hombres que someten el mundo a su voluntad.
A los diecinueve, el miedo no me era ajeno.
Pero nada pudo prepararme para Ivan Romanov.
Es el diablo envuelto en poder, el Pakhan de la Bratva Romanov—un hombre que podría destruirme con una sola mirada.
Arrancada de mi mundo y arrojada al suyo, me convertí en su peón, su moneda de cambio en una guerra que mi hermano provocó.
Ivan es despiadado, un hombre tallado en sombras y sangre, pero la tensión ardiente entre nosotros es imposible de ignorar.
Me dice que soy su prisionera, que no significo nada… pero la forma en que me mira, la manera en que su toque se queda más de lo debido, habla de una obsesión peligrosa que ninguno de los dos puede controlar.
Cuanto más me adentro en su mundo, más veo al hombre detrás del monstruo—un hombre atormentado por pecados que no puede olvidar y una oscuridad que intenta desesperadamente ocultar.
Debería odiarlo.
Debería huir.
Pero cada paso hacia la libertad solo me encadena más a él.
El amor no nació para florecer en el inframundo, pero cuando los secretos salen a la luz y las traiciones hieren más que cualquier cuchilla, tendré que decidir: ¿sobreviviré en su mundo, o nos destruirá a los dos?
En los brazos de Ivan, estoy atrapada entre el amor y la destrucción.
Y no importa el camino que elija… va a doler.
No hay comentarios:
Publicar un comentario