¿Qué es peor que ser una asesina atrapada por su objetivo? Enamorarse de él.
Debería odiarlo. Es despiadado, arrogante y absolutamente insoportable.
¿Y yo? Soy la Omega mentirosa y manipuladora en quien se niega a confiar. Una pareja hecha en el infierno, ¿verdad?
Pero aquí está la cosa: el amor prohibido tiene sus ventajas. Cada discusión es fuego.
Cada roce es eléctrico.
Cada mentira lo hace aún más ardiente.
Él nunca me convertirá en su Luna, y yo ni siquiera quiero serlo. Solo quiero jugar este juego hasta que uno de nosotros arda.
Dicen que amar odiar es el mejor tipo de romance. Yo digo que no tienen ni idea de lo que somos capaces.
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