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Nunca quise una esposa. Nadie está a salvo conmigo. Nadie es lo suficientemente buena para mi hija.
Pero si quiero gobernar a la familia criminal más rica de Nueva York, solo tengo dos semanas para encontrar una.
Cuando Elsie irrumpió en mi casa, vi una oportunidad, así que la forcé a un matrimonio que no quería.
Nadie se me cruza, ni siquiera alguien tan hermosa como Elsie. Ella puede pelear conmigo con esa boca inteligente, pero me obedecerá, o volverá al infierno del que vino.
Le dije que era mía por un año. Luego sería libre.
Pero cuanto más las veo juntas, a mi hija y a mi esposa, cuanto más me toca como si yo lo mereciera, más empiezo a preguntarme, ¿podría ser mía?
Pero cuando la guerra cae a nuestros pies, cuando su vida está en peligro, me doy cuenta de que siempre tuve razón.
Nadie está a salvo con un hombre como yo. Y mucho menos ella.
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