Griff Harris echó un vistazo a la atractiva ladrona del negocio de sus amigos y supo que tenía que conquistarla. Conquistarla requería más maniobras tácticas y persuasión de las que le habían enseñado. Instalar un sistema de seguridad o proporcionar servicios de guardaespaldas era pan comido comparado con cortejar a Lauren y manejar a su problemático hermano.
A Griff no le importa. Su único objetivo es hacer que se quede.
Lauren Murphy sabe que no debe lanzarse a los brazos del especialista en seguridad que la ha atrapado en una mala situación. Tiene demasiadas cosas que hacer, desde mantener un techo sobre su cabeza hasta asegurarse de que su hermano no va a la cárcel. No tiene tiempo para el hombre sexy de ojos azules y cuerpo de infarto. Sus hormonas y su corazón le piden a gritos que se deje llevar, pero su cabeza sabe que no debe hacerlo. Pero por mucho que intente alejarse, la atención de él hace que quiera quedarse.
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