Me han pisoteado, atropellado y golpeado toda mi vida.
Primero mis padres.
Luego mi ex.
Por último, pero no menos importante, ellos me arrancaron el corazón y me dejaron atrás para recoger los pedazos.
Ahora han vuelto.
¿Debería mostrarles la puerta o dejarlos entrar para ayudarme a mantenerme a salvo del misterioso peligro que se cierne sobre mi cabeza?
Contiene los siguientes posibles desencadenantes:
Pasado con abuso sexual, emocional y físico.
Trope: Ageplay
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