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Sophia.
No hay piedad en el ring, no para una cambiante enmascarada como yo.
Mi loba enjaulada es un secreto que debo proteger a toda costa.
Lucho, gano, me escondo y sobrevivo, hasta que él aparece.
Un alfa que derriba mis muros.
Me rechaza sin vacilar, destrozando mi corazón.
Pero no puedo negar el vínculo de pareja que me atrae hacia él.
Cuando mis secretos me alcanzan, es el único en quien puedo confiar.
¿El problema? Está aquí para capturarme.
Alexis.
Vine a las peleas clandestinas por una sola razón.
Para encontrar a la Loba Plateada y vengar a mi manada.
¿Amor? Eso no es parte del plan, especialmente con mi compromiso.
Pero el destino me lanza una bola curva, Sophia.
Ella es mi pareja destinada, unida a mí por la luna.
La rechazo de inmediato.
Con manadas rivales acercándose, el tiempo se agota.
Pero nada podría haberme preparado para la verdad.
¿Y si la Loba Plateada que he estado cazando... es la misma que rechacé?
Destinada, rechazada y exiliada: así me dejó mi pareja.
Sophia.
Nunca esperé misericordia, ni siquiera de mi pareja destinada.
Se supone que Alex debe protegerme, pero lo único que hace es rechazarme.
Sus ojos arden de deseo, pero se esconde tras secretos, negándose a reclamarme.
Entonces su prometida aparece muerta... en mi habitación.
Ahora soy yo la perseguida, y la persona en quien debería confiar es en quien no puedo.
Pero ¿cómo escapo del vínculo de pareja cuando cada parte de mí aún lo anhela?
Y si sus secretos fueran lo único que nos mantiene con vida…
Alex.
Nunca pretendí enamorarme de ella.
Sophia es feroz, peligrosa... y mía.
Pero reclamarla podría destruirnos a ambos.
Ahora la han inculpado de asesinato y mi manada está al borde del colapso.
Tengo que protegerla, aunque me cueste su confianza, tal vez incluso su amor.
Pero ¿cómo puedo salvarla cuando soy yo de quien huye?
Rechazados y abandonados, pero nuestro vínculo podría ser lo único que nos mantiene con vida.
Sophia.
Nunca pedí esto.
Estar emparejada con Alex debería haberme hecho más fuerte, pero me está volviendo loca.
Cada vez que nos tocamos, el vínculo nos acerca más, mientras yo me desmorono por dentro.
Necesito que me reclame, que me marque, antes de que sea demasiado tarde.
Pero se ha ido, y yo me debilito cada día más.
Cuando por fin lo encuentro, me marca como si fuera suya para siempre... hasta que vuelve a desaparecer.
Esta vez, lo único que dejó fue su sangre.
Alex.
Nunca quise hacerle daño, pero la estoy destruyendo al mantenerme alejado.
El poder de Sophia está fuera de control, y sin mi marca, no sobrevivirá.
Pero reclamarla podría desatar algo más peligroso.
Aun así, la necesito demasiado como para esperar más.
Los enemigos se acercan y el tiempo se agota.
Si no hago mi movimiento, la perderé para siempre: por el destino o por algo peor.
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