No se suponía que su cabaña viniera equipada con un guapísimo hombre mayor... y una sola cama.
Carver Landon
Cuando dejé el ejército, me fui a las montañas.
Lo único que quería era paz y tranquilidad.
No esperaba encontrar un ángel con curvas durmiendo en mi cama. Es la cosita más dulce que he visto nunca.
No quiero mucho, pero la necesito. Desesperadamente.
Dice que mi cabaña es suya y que soy “muy gruñón”.
Si ella quiere la cabaña, es suya. Pero le va a costar.
Y pagará el precio de rodillas... rogando por mí.
Me olvidé de mencionar un pequeño detalle.
Cuando termine la semana, ella no irá a ninguna parte.
Esta princesita le pertenece a papi ahora.
Lena Burke
Se suponía que el alquiler de mi cabaña no vendría con un gigante gruñón, pero aquí estamos.
Y estoy bastante segura de que se supone que no debería quererlo en mi cama, pero... sí, eso también pasó.
Ahora, dice que puedo quedarme, pero tengo que pagar su precio. Debería correr en otra dirección.
Eso es lo que haría una chica sensata.
Pero tan pronto como me dice lo que quiere, estoy dentro.
No me importa lo que piense la gente.
Si este hombre quiere ser mi papi, no le diré que no.
Pero no creo que se suponga que me enamore de él, ¿verdad?
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