Sasha ya no puede más. A sus treinta y tres años tiene un buen trabajo, pero la está consumiendo. Tiene ataques de pánico, ha tocado fondo y está totalmente agotada.
Animada por su madre, Sasha decide pasar unos días de vacaciones en el hotel costero donde vivió algunos de los momentos más felices de su infancia. Sí, unas agradables vacaciones en la playa es justo lo que necesita... Pero es temporada baja, hace un frío que pela y el hotel ya no es lo que era.
Para colmo, Sasha tiene que compartir la playa con Finn, otro huésped, un tipo insufrible y tan estresado como ella. Al principio mantienen las distancias, hasta que aparecen unos misteriosos mensajes en la arena. ¿Y si tienen en común más de lo que piensan?
¿El trabajo? Absorbente. ¿Los amigos? En segundo plano. ¿Vida sexual? Inexistente
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