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La lectura perfecta para las fans de La hipotesis del amor. No hay que ser científico para saber que los opuestos se atraen.
Lo último que Melody esperaba al aceptar el trabajo de sus sueños era encontrarse a su ligue de una noche de la universidad. Y resulta que él no solo trabaja en la misma empresa de ingeniería aeroespacial que la acaba de contratar, sino que ¡además es el hijo de la directora general!
Jeremy tiene novia y una reputación de chico malo, así que Melody decide mantener distancia y concentrarse en empezar su nueva vida en Los Ángeles, pero no puede evitar sentirse atraída por él. Acostumbrada a tomar el camino seguro, ¿será esta su oportunidad para dejarse guiar por sus sentimientos y arriesgarlo todo por amor?
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Primera teoría sobre las citas: los opuestos se atraen.
A Esther le molesta todo lo relacionado con Jonathan, su vecino: su gorro hípster, sus opiniones sobre cine y, sobre todo, que constantemente busca pretextos para hablar con ella.
Todo cambia cuando se da cuenta de que él es justo el hombre que necesita... para sanar el corazón roto de su mejor amiga. Por suerte para Esther, Jonathan necesita escribir el guion de una película y ella es la nerd indicada para ayudarle, por lo que llegan a un acuerdo: él saldrá con su amiga si ella lo ayuda con su proyecto.
Segunda teoría sobre las citas: la proximidad forzada puede generar problemas.
Esther y Jonathan pasan cada vez más tiempo juntos... el odio se transforma en atracción y luego en algo mucho más intenso. Antes de darse cuenta, él logra entrar en la ordenada vida de Esther para volverla un completo caos.
Tercera teoría sobre las citas: el amor es más complicado que la ciencia...
Su atracción desafió todas las teorías.
La ingeniera química Penny Popplestone está desarrollando una teoría después de haber terminado con una serie de novios pésimos: ¡todos los chicos son infieles! Así que renuncia a los hombres hasta que
no descubra por qué todos la han engañado. Sin embargo, sus planes se ven obstaculizados cuando el misterioso y sobrehumanamente atractivo barista de su cafetería favorita comienza a interesarse en ella.
Penny se esfuerza por mantener las cosas platónicas, pero cuando Caleb le da el beso de su vida, se da cuenta de que él quiere algo más que amistad. Cansada de ser siempre una niñita buena, ignora su regla autoimpuesta y emprende una aventura sin compromiso con el guapo barista. Al parecer, solo tienen en común una química abrasadora, entonces, ¿qué tiene ella que perder?
Solo su corazón.
Ahora, esta inteligente heroína se enfrenta a un problema sin solución. ¿Qué hacer cuando estar separados es insoportable... pero estar juntos es imposible.
Una mente brillante que no entiende del amor.
Olivia cree que Adam es guapísimo, pero él ha dejado en claro que no la soporta (y el sentimiento es recíproco). Esto es un problema porque, para poner en marcha la nueva planta de energía de la empresa donde trabajan, tendrán que pasar juntos toda una semana en otra ciudad.
Así, cuando Olivia y Adam terminan varados en medio de la nada, lo que debía ser un simple viaje de trabajo, se convierte en un juego de seducción. Tal vez estar tanto tiempo juntos es lo que les hace sentir una atracción imposible de ignorar. Esa es la única explicación posible ya que en realidad nada ha cambiado entre ellos y aún se odian mutuamente, ¿verdad?
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Entre dos mejores amigos, ¿es posible que también exista la mejor de las químicas?
Su amigo de la infancia está en la ciudad, está más guapo que nunca y su nuevo pasatiempo es andar sin camisa frente a ella.
Brooke vive en California y ha construido una exitosa carrera como bióloga marina. Dylan, su amigo de la infancia, es un reconocido modelo de ropa interior en Nueva York. Mientras crecían él fue su protector, su confidente, el único hombre en el que podía confiar. Ahora siguen siendo «solo amigos», aunque la distancia los separe y nunca hablen de aquel beso que se dieron la noche del baile de graduación.
Cuando Dylan tiene una sesión de fotos en California, le pide a Brooke que lo hospede en su departamento por unos días. Ella acepta con la condición de que sea su pareja en una boda. Así, lo que comienza como un juego de miradas e intensos silencios se convierte en algo más profundo y, en el momento en el que accidentalmente ella lo ve desnudo, olvidan por completo que son «solo amigos» y deciden convertirse en «amigos con derechos».
Tras una semana de profunda conexión, ninguno quiere terminar, pero él debe regresar al otro lado del país. Con el tiempo encima para decidir si llevan la relación un paso más allá, Brooke le rompe el corazón a Dylan, pues no es capaz de confesarle lo que realmente siente. ¿Será este el final de su amistad o el comienzo de algo más?
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