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Ella no era nadie, sólo otra cara en la ciudad.
Yo era el Don de la Familia Contarini y el rey de Nueva York.
Ella no era parte de mis planes.
No hasta que la vi en la subasta:
Profundas curvas e inexpertos labios rogando ser reclamados.
No hay forma de que retroceda, y nada me impedirá tenerla.
Después de todo, cada Don tiene una reputación que mantener.
Ella cree que soy un monstruo. Que lo crea.
Ella piensa que soy su peor pesadilla. Que lo piense.
Que gritará y peleará conmigo. Que lo haga.
Porque no tiene idea de cuánto peor podrían ser las cosas.
Ella no tiene idea de que soy el único que puede mantenerla con vida
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