Si pudiera desear una cosa, sería nunca haber conocido a mi ex. Él tomó mi dinero, me engañó y me endilgó una hipoteca imposible.
Ahora, justo cuando estoy luchando por recomponer mi vida, encuentro una botella inusual con una nota dentro: “Tienes un deseo, haz que cuente”. Ja, ja. ¿Es alguna clase de broma?
Pero nada pudo prepararme para lo que viene a continuación o el llamativo hombre sexy con penetrantes ojos azules que se presenta en mi puerta, haciendo demandas.
Debería cerrar de un portazo en su rostro de dios del sexo, porque este sujeto tiene escrito problemas por todas partes. Pero no puedo. De pronto, tengo un deseo…
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