Me mudé a NY para llegar a fin de mes y ahora me encuentro embarazada del hijo de mi jefe.
Cuando mi hermana me llevó a una galería de arte, no esperaba tener allí mi primera aventura de una noche con el hombre más atractivo y gruñón que había visto en mi vida. Menos aún que me echara después de la hazaña sin siquiera una sonrisa; y todavía menos que volviera a encontrármelo durante mi entrevista de trabajo.
Ahora no puedo dejar de manosear a mi nuevo jefe, pero su familia me odia. Algo que no sería tan complicado si no fuera por este test de embarazo positivo.
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