Ray.
Él es una maldita estrella del fútbol americano, el dios de la Universidad Barry de Miami. Su nombre es Damon Harper, y es considerado el ‘rey de los quarterbacks’, un hijo de puta que va de cama en cama, por quien todas las mujeres de Florida estarían dispuestas a hacer cualquier cosa, solo para contar sobre una noche pasada con él.
Harper es el típico arrogante, narcisista y egocéntrico, que me mira como si fuera un trofeo. Su trofeo personal. Si a esto le añades las circunstancias de cómo nos conocimos, obtendrás a mi enemigo mortal. Ya hemos elegido un patrón para nuestra relación: él intenta llevarme a la cama, yo intento mandarlo al diablo. Por un tiempo, funciona.
Pero cada vez que me toca, mi voluntad se pone a prueba.
Damon.
Ella es un desastre que destruye todo lo que toca. Loca. Testaruda. Hija de puta. Su nombre es Ray Callan, la chica más increíble que jamás haya visto. Con nombre de hombre. Qué absurdo. Un demonio rubio, un verdadero tornado humano, salvaje y hostil en todas las formas posibles. Cada vez que nos encontramos es un juego de supervivencia. Una guerra. Y justo cuando empiezo a ganar, ella cambia las reglas del juego. Enamorarse de ella es como quitar el seguro de una granada. Pero, por otro lado, ¿quién no ama el peligro?
Cuanto más se escapa, más me intriga. Es irresistible para mí. Ninguna es como ella. Es la única que me hace sentir así.
Tiene que ser mía.
Y el King Quarterback nunca se rinde. Nunca
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