Todo trabajo soñado tiene una trampa
El nuevo puesto del ama de llaves Adeline Black parece demasiado bueno para ser verdad. ¿Desempolvar una colección de reliquias peculiares? Demasiado fácil. ¿Tener una casa espléndida para ella sola? Demasiado encantador. Addy no está dispuesta a preguntarse por qué le dijeron que nunca abriera la puerta de la biblioteca. O por qué hay un misterioso retrato de un caballero medieval encerrado dentro. Pero las bibliotecas también necesitan ser limpiadas. ¿Y qué hay de malo en charlar con un caballero tomando el té? No es como si fuera real. No es como si se estuviera enamorando de él.
Cada retrato tiene una historia
Sir Hugh Marshal es muy real. Desafortunadamente, también lo es su maldición. Atrapado en una prisión eterna, aceptará cualquier distracción que pueda conseguir, aunque se trate de un ama de llaves intelectual con una vena obstinada y una irritante imaginación. Incluso si pudiera estar enamorándose de ella.
Toda maldición tiene un final
Cuando Addy descubre que Sir Hugh es más real de lo que imaginaba, jura ayudar a liberarlo. Pero la maldición matará a cualquiera que intente romperla, incluida la testaruda mujer que ha capturado su corazón... la mujer a la que debe alejar antes de que su maldición se convierta en su perdición
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