Con tanto correr, debería ser fácil perder esos cinco kilos de más, pero eso no ha sucedido.
Por supuesto, sólo corro cuando no me queda otra opción. Como cuando me doy cuenta de que no estoy preparada para casarme con mi prometido. . . ya ni siquiera quiero estar con él.
Y así es como acabo tomándome un verano para mí misma.
Lo dejo todo, mi trabajo, mi apartamento, Greg. . . si no cabe en mi maleta, se queda atrás, y
estoy bien con eso. Siempre puedo encontrar un nuevo trabajo y un lugar donde vivir, pero antes tengo que encontrarme a mí misma.
La pequeña ciudad costera me da mucho más de lo que
esperaba.
Pero esta vez es diferente.
No corro porque el fracaso de mi relación se haya esfumado y me haya aburrido.
Huyo por ellos: tres padres guapos que ponen mi vida patas arriba. Tienen todo que ofrecer, pero no estoy segura de ser la mujer
adecuada para aceptarlo.
Tengo demasiado equipaje. Cómo puedo añadir algo más a mi nuevo
comienzo...
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