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El amor es un lujo que no puede permitirse…
Durante años, él fue conocido solo como “La Espada de Blackrose”, un asesino de élite al servicio de la Corona. Pero ahora, y luego de que su última misión le costara el no volver a utilizar su pierna, Rourke Lindsay ha heredado de forma inesperada un ducado… y junto con eso, a un par de gemelos infernales que son un verdadero dolor de cabeza. Su sobrina y sobrino han sido expulsados de todas las escuelas a las que los ha enviado, y asustado a todas las institutrices a las que ha contratado. Por lo que ahora necesita un milagro.
Pero no necesitaba que el milagro fuera tan tentador.
En su necesidad por encontrar un lugar seguro donde esconderse, la señorita Sophia Cuny falsifica sus referencias para quedarse con el empleo que ofrece el duque de Exingham, sin estar dispuesta a admitir que no sabe casi nada de niños (después de todo, ¿qué tan difícil puede ser educar a unos niños? Quizás, pueda encontrar un libro sobre el tema). Sin embargo, ella conoce todo sobre el doloroso pasado del Duque y por qué el cínico guerrero se niega a acercarse al par de problemáticos bribones, sin importar cuán desesperadamente ellos necesiten de su amor.
Y cuanto más trata de evitar al nuevo Duque, más puede ver al hombre que hay debajo de aquellas cicatrices; al hombre que también necesita amor, aunque no quiera admitirlo. Lástima que no pueda darle su corazón mientras el peligro del cual está huyendo se acerca.
Porque Sophia posee secretos sobre su pasado que Rourke desconoce, y revelar la verdad podría arruinarlos a todos.
Los rumores dicen que él es un demonio, pero ahora es su dueño...
Es vital que lady Georgia Stoughton encuentre el modo de pagar la deuda de su padre, pero el hombre que la posee (el que se rumorea está maldito), rechaza su dinero. Y cuando se ofrece a sí misma como pago, el demonio con cuerpo de ángel descubre su juego... y le hace firmar un contrato. Ahora ella le pertenece, en cuerpo y alma, hasta la última hora de diciembre.
Demon Hayle, el Barón maldito de Endymion, sólo quiere dos cosas: estar solo, y cobrar venganza contra el hombre que lo dejó tan horriblemente marcado, que es incapaz de mostrar su rostro en público. Lo primero va perfectamente bien hasta que una impetuosa belleza se abre paso en su vida, y antes de que pueda echarla a patadas por la puerta, se le ofrece la segunda. El padre de lady Georgia es la llave para su venganza, pero este trato es mucho más dulce: usará el cuerpo de la joven cuándo y cómo él quiera, por el siguiente mes.
Será una temporada de fiestas con Hayle.
Georgia no puede sentirse arrepentida del acuerdo que la llevó a convertirse en propiedad de Demon, no cuando puede correr libremente por el castillo, la biblioteca y por el descuidado jardín de rosas. Y a medida que se va volviendo adicta al placer que él le muestra en el dormitorio (y en el estudio, en el invernadero, y una vez contra el muro del armario de la ropa de cama), comienza a dudar de sus planes.
Es entonces que llega una carta con el anuncio que Demon se ha convertido, repentinamente, en Duque. Vaya, demonios. ¿Estará preparado para partir a Londres? Ahora, todo depende de Georgia. Pero con el final de diciembre cada vez más cerca, la venganza de Demon parece estar escapándose de sus manos...
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¿Cómo es que ella terminó en un matrimonio de mentiras
con el gruñón de al lado?
La científica, y solterona, Felicity Montrose, siempre ha sido una mujer igual de curiosa como lo son sus gatos. Así que cuando su sombrío y peligroso vecino la sorprende irrumpiendo en su casa, la reacción de su cuerpo a su maltrato le genera todo tipo de interesantes preguntas. Desafortunadamente, el irritante hombre se niega a ayudarla en sus experimentos para replicar esas excitantes sensaciones. ¡Maldición!
Griffin Calderbank es absolutamente consciente de que su vecina es una dama y que, por lo tanto, está tan lejos de sus límites que bien ella podría vivir en Escocia. Un hombre como él, uno que pasó años peleando por su vida y sobreviviendo con sus puños, necesita enfocarse para mantener a su familia a salvo. Ella es una peligrosa distracción que no puede permitirse, no importa cuán tentadora sea su oferta.
Su política de “no intervención” le ha funcionado bastante bien, hasta que sus hijos lo meten en un concurso que le da la oportunidad de obtener la herencia que por tanto tiempo le ha sido negada. ¿El problema? Tendrá que fingir que tiene un matrimonio feliz con la extraña, pero oh-tan-tentadora señorita Montrose. Y esta vez, cuando ella le proponga un escandaloso trato, ya no podrá negarse. Después de todo, ella es su esposa, ¿cierto? Al menos, por un breve tiempo.
Muy pronto, sin embargo, todo esto no será solo por la herencia del ducado, sino por el propio futuro del país, ya que darle caza a un traidor se vuelve un asunto mortal. Pero, ¿cómo va a lograr concentrarse en todo lo que está en juego cuando tiene a una brillante y peculiar científica en su cama, la que le ofrece su cooperación a cambio de que él satisfaga su… curiosidad?
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