Ella no conocía el caos...
hasta que él la reclamó.
Ella era florista.
Él era un asesino en serie.
Ella creaba belleza.
Él creaba destrucción.
Ella pertenecía a la naturaleza.
Él pertenecía al inframundo.
Ella era un ángel.
Él era un demonio.
Ella quería escapar.
Pero él la atrapó.
Jugaron un juego peligroso con sus vidas en riesgo.
Donde el ganador se lo llevaba todo y el perdedor ardía en el infierno.
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