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Hace nueve años, Vivienne Jones cuidó su corazón roto como lo haría cualquier joven bruja: vodka, música para llorar, baños de burbujas... y una maldición sobre el horrible novio. Claro, Vivi sabe que no debería usar su magia de esta manera, pero con solo una vela perfumada de “Orchard Hayride” a mano, no le preocupa que le cause algo más que un mal día o dos.
Eso es hasta que Rhys Penhallow, descendiente de los antepasados de la ciudad, rompecorazones y tan fastidiosamente hermoso como siempre lo fue, regresa a Graves Glen, Georgia. Lo que debería ser un viaje rápido para recargar las líneas ley de la ciudad y hacer una aparición en el festival anual de otoño se vuelve desastrosamente mal. Con una calamidad tras otra golpeando a Rhys, Vivi se da cuenta de que su pequeña y tonta maldición a su ex puede no haber sido tan inofensiva después de todo.
De repente, Graves Glen está siendo atacado por juguetes asesinos de cuerda, un fantasma enojado y un gato que habla con algunas cosas interesantes que decir. Vivi y Rhys tienen que ignorar su química fuera de lo común para trabajar juntos para salvar la ciudad y encontrar una manera de romper la maldición de la ruptura antes de que sea demasiado tarde.
Gwyn Jones está más que satisfecha con su vida en Graves Glen. Ella, junto a su madre y su prima, ha formado un nuevo y poderoso aquelarre, regenta una exitosa tienda de artículos de brujería y ha empezado a entrenar a algunas brujas jóvenes de la ciudad. A medida que Halloween se aproxima, solo hay un problema, y tiene nombre y apellidos: Llewellyn “Wells” Penhallow.
Wells ha regresado a Graves Glen para restablecer la conexión de su familia con la ciudad que fundaron, y también para empezar una nueva vida tras años de ser un hijo obediente en Gales. Cuando abre su propia tienda justo enfrente de la de Gwyn, pronto descubre que puede conseguir más de lo que imaginaba siendo su competencia.
Cuando la pugna profesional da paso al terreno personal y desemboca en un apasionado beso, ambos deciden mantenerse alejados el uno del otro, convencidos de que ha sido solo una coincidencia fruto de la magia. Pero cuando un misterioso aquelarre de brujas llega a la ciudad y los poderes de Gwyn empiezan a disiparse, ella y Wells deberán trabajar juntos para descubrir qué quieren esas brujas y cómo pueden restaurar la magia de Gwyn antes de que sea demasiado tarde.
Bowen Penhallow siempre ha sido un alma solitaria, y ha aprendido magia oscura y antigua en la cima de una montaña en Gales. Prefiere que las cosas sean así. Pero cuando su amigo Colin, que resulta ser un fantasma, le pide que asista a una boda Yule en plena campiña galesa, Bowen acepta a regañadientes.
Tamsyn Bligh no es una bruja, pero se gana la vida gracias a ellas. Como compradora y vendedora de artilugios mágicos, el negocio de Tamsyn no siempre es del todo legal, pero está intentando solucionarlo. Bowen es un cliente esporádico, y también el centro de los sueños más tórridos de Tamsyn, pero sabe bien que, como humana, tener una relación amorosa con un ser feérico no es una buena idea. Ha conseguido arreglárselas para hacerse con una invitación para asistir a la Boda de Brujas del Año, con la esperanza de hacer un negocio tan cuantioso como para retirarse. Con solo uno de los valiosos artefactos mágicos de Tywyll House podría solucionar su vida para siempre.
Pero Tamsyn no es la única que se ha colado en Tywyll House, y cuando un poderoso hechizo interfiere con un contratiempo nupcial, Bowen y Tamsyn se ven transportados al pasado de Tywyll House, a la celebración Yule de 1958. Mientras ambos trabajan codo con codo para encontrar la manera de regresar al presente, deberán enfrentarse a los orígenes del encantamiento de Tywyll House, las sospechas de sus compañeros feéricos y el hecho de que, en algún lugar entre el muérdago y la hoguera, podrían estar enamorándose...
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