Nunca he querido a una chica. Así es como la mayoría de los raperos caen. Persiguen faldas y se distraen. Se vuelven descuidados. Negligentes. No tengo tiempo para eso. Tengo un imperio que construir: mi propia línea de ropa, vodka, sello discográfico y más inversiones de las que puedo contar. Sin mencionar mis dos álbumes exitosos que me han lanzado, DeMarcus Elba, a la realeza del Hip Hop. Pero todo eso cambia cuando la veo... Ayana. Siento que estoy bajo un hechizo. No entiendo cómo ejerce tanto poder sobre mí. Me siento poseído por sus encantos. Estoy obsesionado con su belleza. Nunca había visto algo que quisiera tanto. No. No la quiero. La necesito. Si no la tengo, no podré funcionar. No podré continuar. Me conozco y sé esto: si ella no me pertenece, entonces no podré dejar de obsesionarme con ella. Mi mente estará atormentada con pensamientos sobre ella mientras mi imperio se derrumba a mi alrededor. Mientras lo pierdo todo. Mientras me convierto en un hombre vacío porque ella no está allí para llenarme. Hacerla mía es todo lo que importa. Y nada me impedirá tomar lo que quiero.
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