Estoy en ese tipo de fiesta en la que no querrías ver a tu hija. Ahí es cuando la veo. Una bonita chica rica que se encontró en el lado equivocado de las vías. Sé de inmediato que ella no pertenece aquí y me asalta una vena protectora. Ella me recuerda a una ardilla listada. Igual de pequeña, adorable e indefensa. Estos tipos la comerán viva. Quiero ir allí, recogerla y llevarla lejos de este lugar. Quiero encerrarla en mi habitación, donde esté segura. Donde solo yo pueda ver esas suaves curvas. Pero no me puedo mover. Nunca he estado así... paralizado ante la presencia de una chica. Totalmente impotente en mis sentimientos por ella. Pero cuando veo que otro hombre la toca, algo en mí se rompe. Mi civilidad se ha ido. Cientos de años de progreso humano, cultura y civilización son eliminados con un solo toque. Estoy de vuelta en la edad oscura. Soy primitivo. Bárbaro. Soy un maldito hombre de las cavernas a punto de vencer a un compañero rival que se atrevió a entrar en mi territorio. El toque me rompe. Las restricciones de la sociedad se rompen y caen al suelo. Soy libre de defender y tomar lo que es mío. Y lo más importante, soy libre de reclamarla como mía. Después de una mirada a su chica, Colton muestra cuánto de un alfa posesivo exagerado es realmente.
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