Príncipe sin Corazón es la primera entrega de Cavazzo Mafia, la nueva serie de Brook Wilder.
Lucas Valentino – Don de la Mafia Cavazzo
Un monstruo de atractivo rostro:
Peligroso, posesivo y despiadado.
El hombre que me compró.
Me obligó a pagar el precio de los pecados de mi padre.
Pensé que sería vendida en matrimonio.
En cambio, fui vendida al mejor postor.
Lo dejó claro desde el momento en que me sacó de la subasta:
Puedo luchar contra él, pero nunca ganaré.
Y la única salida es pagar el precio más alto.
Cada centímetro de mi cuerpo es suyo para arruinarlo.
Cada parte de mi alma es suya para profanarla.
Intenta doblegarme, en una jaula de oro que construyó para mí.
Hacerme hacer cosas indecibles.
Humillarme más allá de mi imaginación.
Hacerme suplicar y gritar.
Hasta que acepte su promesa:
Que aunque me libere, nunca quiera irme.
2
Rey sin Piedad es la continuación de la serie Cavazzo Mafia de la autora Brook Wilder.
PAGUÉ VEINTE MILLONES PARA HACER CON ELLA LO QUE YO QUISIERA.
No iba a beber, cenar y reír con ella.
Iba a hacerle daño… pero hice algo aún peor:
Me enamoré de ella.
En lo profundo de mi negro corazón, sé que no la merezco.
Ella es demasiado buena e inocente.
Hice que me temiera. Ahora haré que me ame.
Cuando termine, ella entenderá: la vida que conocía se ha ido.
Lo único que le quedará es ser mi prisionera, mi cautiva, mi propiedad.
Su cuerpo es mío para usarlo. Su alma es mía para profanarla.
Ella se rendirá ante mí.
Una y otra y otra vez.
Porque nada puede cambiar la cruel verdad:
Leda D’Agostino es mía.
Ángel Despiadado es la tercera parte de la serie Cavazzo Mafia, escrita por Brook Wilder.
LUCAS VALENTINO ME COMPRÓ Y ME DESTRUYÓ.
Y luego hizo algo aún peor.
Robó pedazos de mi corazón…
…y los destrozó.
Antes yo sólo quería escapar.
Ahora, prácticamente le rogué que me dejara quedarme.
Él me tomó.
Me usó.
Me hizo suya de todas las maneras posibles.
Me volví adicta a sus besos y a sus caricias.
Y en algún lugar, de alguna manera, me enamoré del monstruo que me compró.
En algún punto del camino, le di mi corazón.
Pero nunca tuve la oportunidad de contarle mi pequeño secreto.
Nuestro pequeño secreto:
El bebé que hicimos juntos.
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