0.5
“No tengo la costumbre de ir pidiéndoles a las damas que se casen conmigo. De hecho, sois la segunda mujer que ha recibido nunca tal… invitación.” Se aproximó un poco más a ella, hasta acercarse tanto que podía ver el leve temblor de su delicioso labio inferior. “Y me devolvió el beso, Amelia, no pretenda que no.” Vio indecisión, miedo, e incluso deseo en el rostro de ella, vuelto hacia él. Cav deseaba volver a besarla, pero temía que se asustase. Como si pudiera leer sus pensamientos, ella se giró hacia las puertas abiertas que daban al jardín. “Si bien hasta ayer por la noche nunca había sentido deseos de casarme, ahora sí los siento.” “¡Lo ve! Acaba de admitir que no desea casarse conmigo”, conjeturó ella. “Y yo no deseo casarme con un hombre solo porque haya sido sorprendido besándome. Bueno… Con las mismas, podría decirme directamente que yo era su segunda elección.” Cav intentó atraer su atención mientas ella recorría incansable el espacio entre el servicio de té y las puertas francesas. Pero ella ni se fijaba en él mientras continuaba. “No quiero ser el segundo plato de ningún hombre. Quiero, no… Merezco ser el único deseo de un hombre.” Se detuvo, le miró y añadió “Por ello, debo rechazar su generosa oferta, Excelencia.” Él no podía creer lo que estaba escuchando.
1
Qué harías para salvar a tus seres más queridos?
Vendida como esclava por los hombres que debían matarla, Angelia Gualtiero ahora debe convencer al hombre que la ha comprado de que le preste su ayuda. Lia haría cualquier cosa para salvar a su hermano pequeño de su criminal tía, incluso casarse con un hombre del que sabe que no desea otra cosa que usar su cuerpo.
Marcus Renfield Halden, Noveno Duque de Caversham, necesita un heredero para garantizar su legado y el futuro de sus hermanas pequeñas, protegiéndolos de un primo desesperado que, según sospecha, ha puesto sus miras en conseguir su título y fortuna. Cuando ve a una mujer corriendo de sus captores en el mercado de Tánger, al principio se siente cautivado por su belleza. Cuando Ren descubre la historia de la joven, se siente admirado por su valentía. Entonces le hace a Lia una oferta que no puede rechazar.
Su hermano por un heredero.
Lo que ninguno de los dos esperaba era enamorarse
2
Ella lo amaba con su vida entera.
Lady Elise Halden sabe cómo manejar un caballo a su placer y con una mano ligera y mimadora. Pero ella está aprendiendo que tener al conde de Camden a sus pies no es nada parecido a entrenar un caballo. Si quiere controlar el afecto del conde necesita un plan. Con ayuda de su amiga Lady Beverly y su cuñada, la duquesa, Elise se propone ganar el corazón de su indiferente conde.
Él la admira desde una distancia respetable.
Desde que eran jóvenes, Michael Brightman y su mejor amigo juraron que sus hermanas estarían más allá de sus alcances. Esta promesa fue hecha solamente para proteger a sus propias hermanas de los encantos libertinos de su amigo. Pero la pequeña hermana del duque de Caversham siempre fue una descarada precoz que debía evitar, hasta que un día Michael nota que Lady Elise ha crecido y los deseos que la involucran provocarán incomodidad en la amistad con su hermano.
Juntos descubren que la evidencia física no equivale a la verdad, y que confiar en el corazón es a veces la lección más difícil de aprender.
Ella estaba corriendo hacia la aventura, él estaba huyendo del destino.
Lady Sarah Halden se esconde en el bote equivocado cuando piensa participar en una carrera de vela con su hermano Lucky. Ella termina en compañía del socio comercial de Lucky, Ian Ross-Mackeever, heredero del primer conde Mackeever. Sarah encuentra guapo al brusco capitán y lo desea como nunca antes había deseado a un hombre. Con la ayuda de un librito lleno de imágenes eróticas, Sarah decide seducir a su capitán. En el punto medio de la carrera, en lugar de simplemente dejarla regresar a casa con él, Lucky obliga a Sarah e Ian a casarse.
Ian Ross-Mackeever no cree en la familia. Su propio padre lo echó cuando era niño para vivir en un país diferente con un abuelo que lo despreciaba y tías que no sabían qué hacer con él. Fue enviado de inmediato a la escuela, donde se hizo amigo de Lucky Gualtiero, un joven cuya familia es todo lo contrario a la de Ian.
Después de un comienzo difícil al descubrir a su polizón, Ian se alegra de la presencia de Sarah en su vida durante el viaje a casa desde Nueva York. Su sentido de la aventura y el amor inquebrantable por la familia obliga a Ian a abrazar sus efectos y las posibilidades de un futuro con ella a su lado. Sarah le muestra a Ian que huir del destino es más difícil que aceptarlo, y cada día que se pasa sin apreciar a quien le ama es un día perdido.
4.5
Lady Beverly nunca ha olvidado la promesa que le hizo su esposo cuando se casaron. Él le prometió tantos hijos, como ella quisiera, porque había crecido como una solitaria hija única. Aunque el regreso de su marido de sus deberes diplomáticos, en el extranjero, le brindará la oportunidad de concebir este hijo, sin embargo, él ha estado evitando la cama.
Lord Christopher Fenwicke, vizconde de Huddleston, regresó de Afganistán sin una parte de su pierna izquierda. Su dolor únicamente se aliviaba con los brebajes que tomaba a diario. Y aunque lo atenuaba, este nunca le daba la capacidad de realizar lo que le encantaba hacer. Pero, más que eso, lo que más lo frustró y molestó fue el hecho de que no había podido hacer el amor con su esposa desde su regreso. Para él, contarle esto a ella fue el punto más bajo de su vida porque no podía explicar qué lo había causado, y el experto al que consultó no le dio esperanzas de curarse.
Beverly intenta pensar qué podría estar causando esta aflicción, y cuando descubre cuál puede ser la causa, debe hacer el intento de convencer a su marido para que le permita ayudarlo. Christopher intentaría cualquier cosa, si esto le devuelve su pasión por vivir nuevamente, y sobre todo la capacidad de cumplir la promesa que le hizo a la esposa que adora.
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